En los prolegómenos de la
obra del psiquiatra Viktor Frankl, “El hombre en busca de sentido”, se
describen los tres estadios que atraviesa la mente del individuo que vive en
primera persona una situación límite. Una primera reacción de shock, antecede a
otra de aceptación, en la que todavía no se abandona del todo la angustia para,
finalmente, alcanzar una última fase de liberación. El autor habla de un
proceso psicológico de consolación, una ilusión de falsa esperanza que trata de
procurar alivio a la tensión acumulada por la ansiedad y el estrés, y de una
especie de bajón anímico cuando la crisis acaba por ser superada. Todos estos
elementos, no son únicos de quien ha vivido una experiencia como interno en un
campo de concentración, sino comunes ante situaciones aparentemente más inocuas,
pero igualmente vívidas, como pueda ser el proceso de una larga enfermedad, o
cualquier vivencia o experiencia personal ante una situación de crisis.