"La
pandemia representa una oportunidad, inusual y reducida, para reflexionar,
reimaginar y reiniciar nuestro mundo y forjar un futuro más sano, más
equitativo y más próspero." Klaus Schwab,
Fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial.
Que todo era un burdo y chapucero
montaje, se veía venir sobre la marcha de los acontecimientos en Cataluña.
Según el profesor Roberto Centeno, el PP de Rajoy financió la algarada
catalanista con las arcas públicas, poniendo de manifiesto lo que saltaba a la
vista. Las revueltas callejeras no sembraron solo las ciudades catalanas con
columnas de fuego y humo, sino que éstas se extendían por casi todas las
latitudes del planeta, en diferentes contextos, todo ello envuelto bajo el
bombardeo mediático de la amenaza climática, los atentados terroristas que
sembraban las ciudades europeas de muertos y el imparable auge de la economía
china. Mientras Greta Thunberg desayunaba entre tuppers y demás utensilios desechables,
gritaba a los políticos que no utilizaran plásticos que amenazan la vida del
planeta. Que el Cambio Climático era otra faceta más de la Agenda marcada por la
élite, otro montaje, era más que evidente y, en esto, llegó el Covid-19, la
última baza jugada a contra mano, mientras las calles ardían y las redes se
mofaban de la vocera del clima. Ahora nadie se ríe del virus, ya que el miedo es
la excusa perfecta para doblegar y conducir a la población, bajo la misma
Agenda responsable de todos los acontecimientos narrados con anterioridad. El
profesor Santiago Niño-Becerra ha señalado con acierto que los ciudadanos ya no
son necesarios, debido a los avances tecnológicos que reducen el factor trabajo
a un cuestión meramente prescindible, como estaba escrito en el libro “El fin
del trabajo”, vaticinado por Jeremy Rifkin, y citando a Niño-Becerra de nuevo, llega
el fin de los Estados. Ya no se hablará de España como tal, sino de diferentes zonas
con posibilidades o sin ellas, según el catedrático, y es que como reza la página
web del World Economic Forum, estamos ante el Gran Reinicio, o como diría Greta
Thunberg, “El mundo debe "romper" los viejos contratos y construir
nuevos sistemas para salvar el clima”, aunque el ávido lector debe sustituir
esta última palabra por la economía que está en manos del uno por ciento de la
población mundial.