miércoles, 17 de junio de 2020

Lajusticia

   Si hay una palabra asociada a Ana María Lajusticia, es el magnesio. La industrialización de la agricultura, unida a los monocultivos, los pesticidas y los agroquímicos, constituye uno de los mayores atentados contra el medio ambiente, la degradación del planeta, la destrucción del medio de vida tradicional de los pequeños agricultores y la salud en general de los consumidores finales de los productos agrícolas que ofrece el mercado. Precisamente, quienes enarbolan la bandera de la emergencia climática, son los responsables de tal crimen.
   Los monocultivos generan plagas y agotan los recursos del suelo, empobreciéndolo. Los pesticidas para erradicar las primeras, y los abonos faltos de nutrientes como consecuencia de lo segundo, generan alimentos artificialmente cultivados y carentes de los elementos que constituyen una dieta sana en minerales, vitaminas, aminoácidos esenciales, etc. Fue Lajusticia quien alertó de la falta de magnesio asociada a la agricultura moderna, y la necesidad de su recuperación para una comida saludable.
   En su obra, “The One-Straw Revolution: An Introduction to Natural Farming”, Fukuoka propone no una agricultura alternativa, sino la visión del futuro traída al presente, un medio de producción agrícola sin pesticidas, herbicidas o químicos. Los resultados de su labor, sin tales elementos, pueden competir en rendimiento, en igualdad de condiciones, con la agricultura industrial. La permacultura, no sólo no degrada el planeta, sino que genera un medio de vida sustentable, ahorra energía, permite la recuperación de la vida tradicional, devuelve a la persona a su medio natural, crea comunidades y fomenta el ocio que puede ser empleado en la profundización del conocimiento.  

lunes, 15 de junio de 2020

Manipulación de masas

   La derrota de la política a manos de la mercadotecnia y las estrategias publicitarias, no es un mal menor. Noam Chomsky, ha detallado con rigor como la funcionalidad del Estado ha ido menguando su poder, hasta alcanzar un mero instrumento de recaudación impositiva, cuya misión ya no es la retribución de los servicios básicos de la ciudadanía. Pero más allá de cualquier condición práctica de la disolución nacional, se encuentra la preocupante manipulación que se ejerce sobre la población en su conjunto. El lingüista estadounidense, enumera los puntos bajo los que se asientan las premisas de tal influencia sobre el hombre masa orteguiano. Son, por su orden las siguientes:

-        Estrategia de la distracción.
-        Gradualidad.
-        Imponer medidas injustas, como necesarias y próximas en el tiempo.
-        Dirigirse al público de forma infantil.
-        Primar la emoción sobre la reflexión.
-        Mantener al público ignorante y mediocre.
-        Reforzar la autoculpabilidad.
-        Conocer el funcionamiento del comportamiento humano.

   Todo ello condicionado a la creación previa de problemas, para después ofrecer soluciones, o método -problema, reacción, solución-.

Los hombres del hielo

   Fue Félix Rodríguez de la Fuente quien en un programa radiado de la serie, “La aventura de la vida”, explicó de forma magistral, como era su habitual proceder, como la vida del ser humano está anclada al planeta Tierra, por su natural composición e interrelación con el medio que lo rodea, desde hace dos millones de años, sin que cualquier otra procedencia pueda desvincular tal relación. Nuestros antepasados cazaban elefantes, empleaban piedras talladas, tejían pieles, eran recolectores y vivían en cuevas repartidas por los más diversos climas.

viernes, 12 de junio de 2020

Escritura

   El origen incierto de la escritura, se traduce como una verdad absoluta en los libros de texto, con la localización de su nacimiento en la civilización sumeria. De nada sirven las afirmaciones, como la del célebre Picasso cuando dijo que, -después de Altamira, todo es decadencia-, refiriéndose a la Capilla Sixtina del arte rupestre cántabro, pintado casi veinte mil años antes del supuesto nacimiento de la civilización entre el Tigris y el Éufrates, para evidenciar que la Antigüedad es objeto de una libre interpretación, según los intereses creados. Si fuera verdad, como se llega a afirmar, que las civilizaciones antiguas tienen un punto de arranque, e incluso un denominador común entre todas ellas, y que en Mesopotamia se inventó nada menos que la escritura, cómo se explica que, en la Isla de Pascua, existan tablas con glifos no descifrados hasta la fecha, y que las esculturas zoomorfas de los Moái, coexistieron con una forma de escritura como es el Rongorongo, cuya fecha no se puede determinar con exactitud. Escritura, sin conexión alguna en el tiempo o el espacio con ninguna otra cultura, al igual que ocurre con la civilización del Valle del Indo, cuya pictografía constituye una total incógnita, y podría ser considerada la precursora del sánscrito.

martes, 9 de junio de 2020

Educación

   La más reciente legislación, no parece responder precisamente a un corte progresista de ningún gobierno en concreto, sino a una marcada agenda impuesta por la ONU y sus organizaciones supranacionales. En este contexto, la implantación de la Renta mínima vital y la nueva Ley Orgánica de Educación, Lomloe, parecen introducir con calzador en la legislación española, algunos de los diecisiete objetivos de la Agenda 2030, que fueron aprobaron por todos los Estados en las Naciones Unidas, para ser alcanzados en las próximas décadas, y que tienen como eje transversal la necesidad de afrontar la pobreza, empoderar a las mujeres y hacer frente a la emergencia climática.

8M

   El Calentamiento global cae en su propia contradicción, ¿por qué se restringe la circulación del utilitario de un ciudadano medio, al tiempo que se dispara el uso y las ventas de la aviación privada? El hecho de que un jet privado, sea el vehículo que más contamina del planeta, en plena emergencia climática, no parece encontrar ninguna traba legal. Son las personas corrientes, sobre las que recae la subida de impuestos, las limitaciones de velocidad o las restricciones de todo tipo, como consecuencia de una teoría no mayoritaria de la climatología y la mano que la subvenciona, frente a otras tesis que defienden precisamente todo lo contrario, esto es, que se está iniciando una nueva era glaciar.
   Albert Ellis, uno de los más prestigiosos psicólogos, en su libro “Controle su ira antes de que ella le controle a usted”, literalmente escribe; -Lo mismo ocurre con la violencia familiar. Se estima que, en Estados Unidos, alrededor de un millón y medio de mujeres son maltratadas cada año por sus maridos, y que alrededor de un 40% de las mujeres asesinadas en este país mueren asimismo a manos de sus maridos. Esto no quiere decir que las mujeres estén exentas de protagonizar acciones violentas. Según una investigación reciente, hay actualmente más agresiones de mujeres a hombres que al revés; aunque hay que andar con cautela con estas comparaciones, pues cuando los hombres atacan a las mujeres, las consecuencias suelen ser mucho más graves-.
   La legislación actual en materia de Violencia de género, al igual que el Calentamiento global, no está exenta de fisuras que contradicen los estudios de la propia ciencia, ¿por qué sólo se persigue o protege a una de las partes, en una problemática que atiende a la realidad, sin distinción alguna de género?

domingo, 7 de junio de 2020

Agenda 2030

   La identificación digital de la población mundial, promovida por la Alianza ID2020, fundada en 2014 con el fin de resolver los objetivos de sostenibilidad con la ayuda de la inteligencia artificial, las Cumbres del clima iniciadas en 1992 con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), o la Cumbre de las Naciones Unidas que aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, entre cuyos objetivos incluye «lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas» y el compromiso de integrar la igualdad de género, son sólo algunos ejemplos de la labor de agencias, fundaciones y grandes corporaciones que, junto a Naciones Unidas, promueven mediante el binomio público-privado, una hoja de ruta globalista, tan evidente como innecesariamente oculta.

viernes, 5 de junio de 2020

Tradición

   El planeta Tierra es un cuerpo que está hacia la mitad de su vida, es decir, le quedan unos catorce mil millones de años, según la ciencia, para desaparecer engullida por el Sol. Como tenemos un mandato divino de no suicidarnos, debemos abandonarlo y habitar el espacio exterior. Para lograr sobrevivir, sólo podemos hacer una cosa, estudiar y desarrollarnos tecnológicamente.
   Esto trae una serie de problemas. Actualmente, viajamos por el espacio exterior al igual que los griegos surcaban el Mediterráneo. Con la velocidad actual, no lograremos alcanzar los exoplanetas de los sistemas más cercanos. Para viajar ahí fuera, tenemos que alcanzar un desarrollo ahora inexistente, aunque ya hay elementos que nos sitúan en el camino.
   Imaginemos que Star Trek fuera real. El Enterprise funcionaba con la mezcla de materia y antimateria. Si tal logro fuera posible, una bomba del tamaño de un pequeño edificio haría desaparecer la Tierra antes de su extinción.
   1º Necesitamos el desarrollo tecnológico y científico. Pero ese mismo desarrollo, conlleva inexcusablemente la necesidad de hacer desaparecer conceptos como la guerra. La guerra del futuro no podrá ser, puesto que el mismo potencial que está por llegar, será incompatible con su uso militar.
   2º La tradición tiene que plantearse, que los viejos paradigmas van a desaparecer. Madrid y Sidney, estarán separados por un par de horas de vuelo. Tardaremos quince minutos en viajar a Londres. El desarrollo de los transportes y la comunicación van a ser impensables. La computación cuántica permitirá que toda la Hacienda, la Seguridad Social y todos los ministerios se lleven desde un único edificio sin personal. Las casas van a ser en dos días inteligentes, y todo estará conectado con la robótica y la IA.
   3º El ser humano se va a transformar. El ser humano está evolucionando, y lo sabemos con toda seguridad. Dentro de un millón de años, nuestro cerebro será considerado tan primitivo, como nosotros vemos a nuestros antepasados de Atapuerca. El cerebro de 1.5 litros de capacidad del sapiens va a ser superado. Eso significa que en el futuro, el despistado de la clase será un niño como Einstein. No sabemos la capacidad que tendremos, sin contar que la tecnología que se va a introducir en el cuerpo humano, y la realidad que traerán los cyborgs.
   En unos siglos, la Iglesia será una estación espacial, un Monasterio con vistas desde las lunas de Júpiter, o una nave vagando en rumbo hacia otra estrella. Probablemente los idiomas se transformen, igual que lo hizo el griego o el latín, y habrá en pocos años gente nacida fuera de nuestro planeta.
   El mundo se va a transformar como nunca lo había hecho antes y, aunque no lo veremos, el cambio está próximo. Por lo tanto, el pasado no puede reducirse a un conjunto de batallas, cultura militar y una visión concreta del hombre, sino como el ejemplo del Imperio español, que supuso la primera gran expansión global, una obra de creación de universidades y ciudades, y la expansión de la visión humana hacia otras culturas y dimensiones, o como el primer avance e impulso de la ciencia. Precisamente en la tradición, se puede mirar hacia el futuro, porque está por llegar algo parecido, solo que dirigido por una élite que no cree precisamente en la naturaleza humana. La batalla en el futuro será esa confrontación entre la globalización esclavizadora y destructiva, frente al proceso natural de otra, producto de la propia evolución de la humanidad, que puede ser creativa y necesariamente liberadora. Pero los procesos de desaparición de las naciones, continentes y culturas concretas se va a dar, al igual que ya es una realidad la vida en el espacio, donde conviven distintas nacionalidades formando un único grupo. El peligro de la tradición es su disolución en el futuro si sólo se queda mirando hacia atrás en el tiempo, y no evolucionando mirando hacia el mañana, o los problemas que vendrán y que ya están en parte aquí.

miércoles, 3 de junio de 2020

Tiempos del recuerdo

   La fundamentación de la pretensión de la obra gravita entre otros muchos filósofos, sobre Kierkegaard, el filósofo que dejó a un lado la no-objetividad neutral para seguir el empeño de la búsqueda de la dimensión total de la persona, con el fin de superar el sin sentido de la verdad colocada ante él, fría y desnuda, en su pura imparcialidad, para ahondar en la razón última y quien escribió -Lo que me hacía falta era llevar una vida perfectamente humana, no una vida de puro conocimiento, hasta llegar a cimentar mis reflexiones mentales sobre algo... tan hondo como las más profundas raíces de mi existencia, por las que estoy, por decirlo así, inserto en lo divino, y aferrarme a ello aunque se hunda el mundo-.
   Kierkegaard separó entre la fase estética, ética y teológica. Quien vive en la fase estética, decía, vive el momento y busca por todos los medios conseguir el placer. Es bueno lo que es hermoso, bello o grato. El estético vive sumergido en el mundo de los sentidos. Lo negativo es lo aburrido. Domina en esta fase la vanidad. El peligro que entraña esta fase es la posibilidad de sentir angustia y vacío. Sin embargo, la casi totalidad de la sociedad dominante naufraga en la fase estética, gobernada por una clase política que ha alcanzado sólo pequeños peldaños del siguiente estadio, el camino ético. De ahí surge la elección libre de sí mismo y las posibilidades del individuo. Lo importante, lo esencial es la elección de la actitud ante lo correcto o equivocado, de donde surge la corrección o incorrección política. De ahí nace la voluntad política de forjar conciencias y moldear ciudadanos por medio de la ingeniería social. La pretensión de lograr que esa sociedad estética, se conduzca por la ética, tiene como resultado la llamada Educación para la Ciudadanía. Esa casta apegada al poder con pretensiones éticas; en su voluntad de someter a la sociedad estética, encuentra frente a sí un peligro, el estadio más elevado pensado por el filósofo. De ahí converge una sociedad atizada por el poder que ataca de modo ordenado y sistemático todo lo que rezume a religioso. Porque el estadio más elevado, la conquista más radical del hombre se encuentra, según Kierkegaar, en la interioridad, en el camino religioso. La fe religiosa trata de alcanzar el absolutamente eterno en el devenir de la existencia. Estadio que se alcanza no por el concepto en sí mismo, sino por la fe, ya que, como Hegel, el Dios eterno, enfrentado con la temporalidad del mundo, es lo trascendente o totalmente otro. La fe de Kierkegaard se mueve en la vía de la teología dialéctica, según la cual, no se da mediación alguna entre Dios y el mundo. Dios es lo enteramente otro, lo paradójico. La actitud frente al mundo; sumido en el riesgo, angustia, desesperación, fracaso en el límite, libertad vacía de la filosofía existencial; encuentra su superación en la fe en Dios como acto de obediencia, superados nuestros conceptos y consideraciones humanas. Cuando a pesar de todo el hombre cree, la fe se convierte en su mayor seguridad. En el naufragio se encuentra a sí mismo el individuo, se libera del mundo y encuentra a Dios.
   El siglo XX sufrió una expansión económica y un decisivo progreso técnico y científico después de la Gran Guerra. La física echó por tierra la concepción newtoniana del universo, al albor de las teorías sobre la estructura atómica, la energía y la teoría de la relatividad de Einstein. La indeterminación de Heisenberg supuso la demolición de la seguridad positivista, expresada por el químico Poincaré cuando sentenció; una teoría ya no se puede afirmar que sea verdadera ni falsa, sólo se puede decir que es útil. La superación del positivismo y del racionalismo hizo entrar en crisis a la filosofía y a la propia ciencia. Nació entonces la fenomenología de Husserl o las corrientes irracionalistas y vitalistas, iniciadas con Kierkegaard o Nietzsche, Unamuno o el propio Ortega, para terminar finalmente en el existencialismo. Pero también es imprescindible destacar las doctrinas que propugnó Sigmund Freud sobre el psicoanálisis o el nacimiento de una nueva concepción de la personalidad.
   Con el telón de fondo descrito nació la literatura contemporánea; Proust, Kafka, Joyce, Huxley o Camus en Europa. Ben Jelloum, Mohamed Chukri o Naguib Mahfuz en el mundo árabe. Tagore en la India. Kenzaburo Oe, Mishima o Kawabata en Japón. Alexander Solzhenitsyn en la extinta Unión Soviética. La llamada generación perdida norteamericana, escritores desengañados, lúcidos ante la crisis y en franca ruptura con los valores de la sociedad, como Faulkner, John Dos Passos, Steinbeck, Hemingway o Scott Fitzgerald. Es el siglo de la gran literatura hispanoamericana de Cortázar, Carlos Fuentes, García Márquez, Vargas Llosa o los ya veteranos Borges, Carpentier o Rulfo. Fernando Pessoa y José Saramago en la vecina Portugal, y ya en nuestro país Cela, Torrente Ballester, Delibes o Ana María Matute.
   Crisis, crisis y más crisis. Ernesto Sábato en su obra “El túnel” pone al descubierto el problema de la incomunicación y de la angustia vital, o su impresionante y apocalíptica visión de nuestro mundo en su obra “Sobre héroes y tumbas”.
   El escritor del Siglo XX naufraga en un desarraigo existencial, en la angustia. Concibe el anhelo del amor como el ansia de Absoluto. Trata de asir el amor como camino para salvarse del viento de la angustia o el naufragio vital. Dice Neruda -¡Mi sed, mi ansia sin límites! Era la sed y el hambre… Era el duelo y las ruinas…-.
   Así llegamos a los grandes de entre los grandes escritores a día de hoy vivos. Paul Auster, la pincelada existencial de la pérdida, la soledad o la desposesión. Sergio Pitol para quien la desgracia, la enfermedad y el aislamiento han forjado un estilo reflejado en sus obras “No hay tal lugar” o el “Infierno de todos”. O Michel Houellebecq autor de “Ampliación del campo de batalla” en el que escribe, -Desde hace unos años camino junto a un fantasma que se me parece y que vive en un paraíso teórico, en estrecha relación con el mundo. Durante mucho tiempo he creído que tenía que reunirme con él. Ya no-.
   Pero fue a finales del Siglo XIX, en 1854, cuando Thoreau publicó el ensayo “Walden”. En la obra, narra los dos años, dos meses y dos días que vivió en una cabaña construida por él mismo, cercana al lago Walden, llevando una vida solitaria, al aire libre, cultivando sus alimentos y escribiendo sus vivencias, Thoreau pretendía demostrar que la vida en la naturaleza es la verdadera vida del hombre libre que ansíe liberarse de las esclavitudes de la sociedad moderna, y que la comprensión de las leyes de la naturaleza, son un camino que el hombre no debe olvidar. Pero por encima de todo Thoreau ansiaba transcender su concepción del elogio de la pereza, alcanzando la elevación espiritual.
   El punto de partida del que arranca “Tiempos del recuerdo” se entrecruza con esa corriente de angustia descrita en el panorama literario que describe el Siglo XX, de la mano de sus grandes y más representativos autores; el exilio en la atracción por la búsqueda, para trascender finalmente, a la literatura entroncada con la obra de Thoreau.
   “Tiempos del recuerdo” es una obra que pretende ser reflejo de la búsqueda de la vida con principios, principios que serán el criterio de cómo debe ser vivida, como se define “Walden”. Si bien, la naturaleza también está presente en “Tiempos del recuerdo”, el paso por el mundo de la discapacidad psíquica y la cárcel centran el eslabón de arranque de un conocimiento profundo de la naturaleza humana desprendida de todo lo innecesario, para llegar a la experiencia innombrable. La obra en sí es la resultante de esa búsqueda, cuya causa primera es el desprendimiento de la angustia existencial, reflejo de la crisis absoluta y en todos los órdenes que impera en la desoladora sociedad que nos sumerge en el abismo, para enfrentar la vida como una respuesta frente a la muerte y la recuperación de la energía vital en el encuentro con la esencia de la experiencia con lo absoluto. Si la literatura es un fiel reflejo de la mirada del alma del escritor sobre el tiempo que le ha tocado vivir, como reflejó Tolstói en su obra, el Diccionario de la Real Academia Española aplica el término al arte que emplea como instrumento la palabra, y que comprende las obras con una intención estética. Sea espejo o estética, la angustia, la soledad, el desarraigo y la desolación componen la vasta obra escrita que abarca la literatura contemporánea, barnizada sobre tintes de la reducción de la experiencia religiosa; despojada de su verdadera dimensión en no pocas ocasiones; al mero ámbito de una minoritaria y extraña rama de la psicología que busca la sanación de la mente a través del espíritu. Sea lo que sea, el abismo que se cierne sobre el horizonte de negras nubes, es de mal agüero. También es, no sólo intención esquiva sino intencional, el compromiso de la literatura sobre su tiempo como reposo de la esperanza en el cambio necesario que brinda abrir la mirada del lector sobre un mundo imaginario para regalarle una perspectiva distante y certera, en la que pueda encontrar el contrapunto necesario para cambiar el rumbo y girar el timón de su nave individual y, porque no, colectiva. Esa es la intención de “Tiempos del recuerdo”. Abrir en la roca viva de los tiempos modernos, la brecha suficiente para que entre la necesaria Luz o la alerta sobre su existencia y necesidad de búsqueda de la dimensión última de la experiencia religiosa como único camino de liberación posible.
   La obra comienza con la noción de la doble dimensión, descrita ya en la obra Agustiniana, y la revelación de la necesidad de elección individual del camino a seguir desde el más agrio de los vacíos sin fondo cuando dice: -La vida rompe los vínculos que unen los lazos, que atan el alma a su propia esencia para liberarla de toda atadura, a fin de darle la posibilidad de buscar su propia esencia-.
   Planteada la visión del abismo a los ojos del lector con el destino que tarde o temprano la vida le aguarda, el libro lleva a la segunda clave, la soledad dentro de la oscuridad. Dice una cita del libro: -Aquel hombre comprendió que estaba solo, que había nacido solo y que iba a morir solo. Ante tal pensamiento, había sentido durante toda su vida miedo. Miedo a estar sólo consigo mismo ante el mundo-.
   A partir de ahí, se torna la dimensión sacramental, como la vía de alcance y búsqueda de un encuentro con lo absoluto que principie el orden rector de la vida del personaje absorto en la cotidianeidad de un mundo inestable, y sin suelo firme sobre el que apoyarse. En ese devenir del trascurso de la obra, la sucesión de sueños oníricos despierta la imaginación del lector transportado a otra realidad, para hacerlo ahondar en el concepto de angustia y visión de la incógnita que plantea un por qué al abismo del amor sin la conciencia perdida en el abismo del recuerdo.
   La necesidad de elección en la dualidad eterna entre el Bien y el Mal, existe desde el comienzo de los tiempos, -Tú que eres joven y te crees olvidado de los dioses, sabe que si te vuelves peor te reunirás con las almas inferiores, y que si te haces mejor te reunirás con las superiores, y que en la sucesión de vidas y muertes te tocará padecer lo que te corresponda a manos de tus iguales. Ésta es la justicia del cielo-, decía Platón.
   Desde entonces, la literatura; al margen de abordar las grandes cuestiones filosóficas como la libertad, el amor, la justicia, la vida o la muerte; ha sido y es reflejo de la contraposición constante del enfrentamiento de dos mundos antagónicos entre los que se debatirán las vidas de los personajes, y entre los que deberán decidir su futuro bajo la eterna libertad de acción y elección. Prologa Charles Dickens, Oliver Twist: -Con este ánimo se me ocurrió mostrar en el pequeño Oliver el principio del Bien que prevalece sobre toda circunstancia adversa y al final triunfa-.
   Pero ha sido la filosofía cristiana, ejemplarizada en la obra de Tolkien, “El Señor de los Anillos”, la que ha inspirado y enriquecido en último término la literatura en esa confrontación aparente, al enseñar que el Mal no siempre lo fue, que es fruto de la transformación del Bien, y que al ser ejercido provoca daño, y lo que es peor, provoca el dolor en los justos. ¿Por qué Dios permite entonces el Mal? Frente a este interrogante nace en la actualidad una dualidad que concibe el Mal y el Bien como realidades independientes, que delimitan la simetría del universo, en una coexistencia sin fin. Es aquí donde tiene lugar la auténtica revolución y superación cristiana al afirmar que Dios permite el Mal, porque del Mal obtiene Bienes. De ahí que Juan Pablo II refiriese a Goethe, cuando calificaba al diablo como una parte de esa fuerza que desea siempre el mal y que termina siempre haciendo el bien.
   La estructura narrativa abarca el experimento de introducir la cuarta dimensión en el libro. De ahí que los recuerdos del protagonista en relación con el tiempo perdido de la infancia, o tiempos pretéritos en la composición de los personajes, eliminen el nombre completo para reducido a una simple inicial. El propósito es dar profundidad narrativa al espacio del tiempo y distorsionar la mente del lector en la confusión.
   Reflexiones sobre el encuentro con la naturaleza, punto donde recobrar el verdadero espíritu, culminan el libro para terminar con el referido, al inicio, recurso presente en la literatura contemporánea de acudir al amor como camino para salvarse del viento de la agonía existencial y despertar la conciencia, recordando las palabras de Thoureu: -El curioso mundo en el que vivimos es más maravilloso que conveniente, más hermoso que útil, más digno de ser admirado que disfrutado y usado-.

Bobby Fischer

   Un genio. Cuando las máquinas amenazan el intelecto humano, y hay quien profetiza hasta el fin de la literatura, lo cierto es que, según algunos expertos, las computadoras hace tiempo que superaron a la mente humana, al menos jugando al ajedrez, sin que haya dejado de haber campeones con nombre y apellido. El milenario juego, ha derivado en una combinación de programas de software y jugadores, llegando al mecanicismo como forma técnica de expresión. Lejos de la triste realidad actual, el autodidacta Bobby Fischer llegó a la cima del ajedrez mundial, desarrollando las más impactantes y emotivas partidas. Nunca una computadora escribirá algo interesante, al no ser mortal y además carecer de sentimientos y emociones, de igual modo que hasta la fecha, ningún programa de ordenador ha sido capaz de rememorar el vértigo del vencedor de Spassky, frente a Donald Byrne.  

Matrix


   Keanu Reeves y Laurence Fishburne, Neo y Morfeo en la ficción, dialogan en Matrix, la magistral película de los hermanos Wachowski, en un intenso momento que recoge la incertidumbre del personaje principal en relación con la realidad que lo rodea, cuando admite reconocer que el mundo parece fallar en algo, sin que pueda definir exactamente en qué, principio, precisamente, que lo conducirá al despertar.
   Si bien, pudiera parecer que el sistema se disfraza de libertad y democracia, lo cierto es que la concentración de los medios, las finanzas y el poder en las mismas manos, presagian todo lo contrario. Todos los partidos del sistema, por algunos referido como partitocracia, no hacen sino responder a reuniones de instancias superiores que, a su vez, defienden los verdaderos intereses del poder real.
   El supuesto régimen de libertades que ahora está mostrando su verdadero rostro, bajo la atenta mirada de las cámaras de videovigilancia, que no son sino el control total sobre la población y la censura de cualquier puesta en rigor, va camino de convertirse en una sociedad ya descrita por Anthony Burgess en su obra “La naranja mecánica”, violenta y caótica, cuyo propósito no es otro que llegar a un nuevo orden de las cosas.

Earthship

   Michael Reynolds no puede considerarse un arquitecto al uso, o sólo un profesional de la arquitectura, sino un visionario. Alguien que pudo perder la licencia para ejercer su profesión y que fue redimido por el juicio del tiempo, reciclado y convertido en el modelo de una nueva forma de hacer las cosas.
   En mitad de la aridez del desierto, las earthship rompen la horizontalidad del terreno, sumergidas en la orografía y diseminadas por la tierra virgen de asfalto, para mostrar su verdadero rostro en comunión con la naturaleza, levantadas con materiales reciclados y sin consumir energía, aprovechando sus propios vertidos y manteniéndose calientes en invierno o resguardadas del calor en verano. Las edificaciones de este tipo, cuentan con el aprovechamiento de la luz solar, las corrientes de convección y circulación del aire, tanto en el interior de la vivienda, como en el invernadero en el que puede cultivarse un huerto. Sin renunciar al uso de las posibilidades que los avances ofrecen, puede reconvertirse una forma de vida tradicional, o arcaica si se prefiere, en una tecnológica simbiosis con el medioambiente.

Plantas medicinales

   Fue María Treben, quien escribió el libro “Salud de la Botica del Señor”. La ortiga, el hipérico, diente de león, trébol o tomillo, aparecen entre una diversidad de plantas, que podrían complementase hoy en día con la moringa o la artemisa, entre otras variedades. Recogidas las diversas propiedades curativas de las plantas, en algunas ocasiones consideradas incluso malas hierbas que crecen en los jardines, o en otras fácilmente identificables en cualquier campo o huerta doméstica, la autora se explaya en señalar las diferentes fórmulas para su ingesta apropiada y los males que pueden ser resueltos mediante su efecto. La tradición de la medicina natural tiene su eco en una autora vigente en nuestros días, cuyo legado proviene de la raíz misma del tiempo.