sábado, 25 de abril de 2020

Teoría de la dominación


   “Las normas se imponen mediante sanciones, quien sanciona tiene el poder; pero sólo tiene el poder quien impone las normas aplicando las sanciones. Las normas se mantienen en función del poder; pero, a su vez, el poder se define como poder normativo. En el principio eran las normas, y con ellas surgió el poder.” Carlos Moya.

   Carlos Moya en 1982, año de la publicación de “Poder y conflicto social: crítica a la teoría de la dominación” describía la inconfundible argumentación que subyace a la situación de injusticia social que vivimos hoy, en términos del predominio de la teoría de la dominación, basada en el conflicto social. Existiría, según su enfoque, una relación de subordinación entre los individuos, y una manifestación del ejercicio de ese poder en la encarnación institucional, construida bajo el rol que define la relación entre el individuo y el orden.
   Dahrendorf, continuaba, defiende la estructura social global en términos de dominación, y el concepto de élite, relacionado con la teoría de la “élite del poder” de Mills; “Tanto a nivel global, como sectorial del análisis del orden institucional, estructuración e institucionalización son categorías que designan el proceso de diferenciación normativo de un sistema de papeles, cuyo cumplimiento se impone por la posición dominante, en función de su capacidad para infligir sanciones.
   El conflicto social exige su institucionalización como control racional de la dinámica estructural. La reducción del acontecer social a acontecer institucional resulta coherente con el axioma norma, sanción y dominación. La dominación de la ‘élite de poder’ sobre la ‘sociedad de masas’ es la fórmula que unifica teóricamente la fragmentación de tal enfoque. La minoría de poder aparece como clave de la dinámica de una cierta estructura social.”

Desapariciones forzadas


   La desaparición de personas, era un secreto a voces en Argentina. Pero fue la aparición de los cuerpos en las playas, los que trajeron a la opinión pública la prueba palpable de lo que estaba ocurriendo. Los regímenes dictatoriales, habían diseñado la Operación Cóndor contra la disidencia social y política.
   Un ejemplo de campo de detención, tortura y asesinato, la Escuela de Mecánica de la Armada, ESMA, es hoy el Museo de la Memoria.
   El control social, fundamentado en el terror y el miedo, no es una práctica propia de sistemas dictatoriales o de tiempos oscuros, ni de los viejos fantasmas de décadas pasadas.

Crecimiento cero


   Realmente a estas alturas no puede ser creíble que una economía compute valores regresivos, en relación a épocas pasadas, por una mera reducción a la influencia de los ciclos económico.
   Sirva de ejemplo paradigmático, la condena prácticamente a muerte de la industria naval española. Hablar de desindustrialización en España, es una realidad económica, que ha afectado al crecimiento de la economía nacional, destruyendo empleo y debilitando al país en términos de competitividad exterior, al margen de cualquier coyuntura económica. Dentro del contexto de los países desarrollados, nuestro país ha sido uno de los más perjudicados por el proceso de desmantelamiento de la industria.
   En otros contextos históricos, se ha demostrado que a partir de condiciones altamente desfavorables, debido a una alta inflación, desempleo y falta de competitividad, se ha revertido la situación mediante el fuerte impulso de la industria, la fuerza del trabajo como patrón, la inversión en infraestructuras nacionales y el desarrollo del comercio exterior.

Desequilibrio


   “La Economía no sería una disciplina muy interesante en un mundo en el que todas las personas estuvieran saciadas en su consumo de todos y cada uno de los bienes". Varian.

   La Economía actual decrece, genera millones de desempleados y, lo que es peor, ha convertido a Occidente en un reducto que mira de reojo a las dictaduras asiáticas, o se repliega frente a una grave consecuencia lógica para la democracia; el avance imparable del populismo.

Desculturización


   Las raíces históricas de un pueblo, su identidad como nación, así como el sentido del individuo dentro de la sociedad que conforma aquel, son el núcleo, junto a la familia, de la persona.
   La globalización, entendida como movimiento desculturizador, se ha impuesto en la política institucional.
   El ataque abierto a la familia desde el sistema educativo; hay padres encarcelados por negarse a que el centro eduque a sus hijos en ciertas materias; la degradación de la exigencia académica, el bajo perfil de la información que reciben los adolescentes, unido a la desnaturalización de los valores de la sociedad, no son paradigmas casuales, sino que responden a un cuidado plan de programación.

El hundimiento


   Las sociedades de los países desarrollados están presenciando el hundimiento de la clase media o el acrecentamiento de la brecha entre ricos y pobres, al igual que el fenómeno se reproduce a escala mundial.
   Los recortes sociales están menoscabando, de forma preocupante, la capacidad económica de aquellas personas que no encuentran facilidades para salir de la situación de desempleo, y ausencia de ingresos que padecen.
   Si sumamos las rentas bajas, los desempleados y los jóvenes sin una salida en el horizonte; la partitocracia, o ‘panpolítica’, no va a poder, frente a esa realidad, cosechar los resultados tradicionales. La sociedad va por un lado, y el poder por otro. La conjunción de esas dos fuerzas, va a ser determinante en las próximas décadas, máxime cuando la masa social descompuesta, no se va a recuperar fácilmente. Fue Patrick Süskin quien retrató en su magistral novela “El perfume”, una sociedad joven y hambrienta, decadente, que moría en las calles dejando un escenario de descomposición, peste, enfermedad y muerte, como telón de fondo de la Francia pre-revolucionaria.

martes, 14 de abril de 2020

Rebelión en la granja


   Al mismo tiempo que las fronteras se difuminan en el espectro de los Estados, y la Economía se liberaliza cada vez más para las grandes corporaciones, el estalinismo como telón de fondo se dibuja sobre la estela de la sociedad, sumida en el mestizaje y la pérdida de los valores tradicionales. Fue de nuevo Orwell, quien plasmara sobre el papel la mordaz visión del futuro que se haría realidad en nuestros días. Libertad para las finanzas y control absoluto sobre la población, no es una antagónica visión de las cosas, sino la doble cara de una misma moneda.

domingo, 12 de abril de 2020

Mad Max

   “En un futuro posnuclear, Max Rockatansky, un policía encargado de la vigilancia de una autopista, tendrá que vérselas con unos criminales que actúan como vándalos, sembrando el pánico por las carreteras. Cuando, durante una persecución, Max acaba con Nightrider, el líder del violento grupo, el resto de la banda jura vengar su muerte.” Filmaffinity.

   La práctica totalidad de países sumidos en la cuarentena, dieciséis millones de demandas de empleo en EE.UU. en las últimas semanas y las largas colas frente a las gasolineras, en una nación donde escasea la gasolina, presagian el escenario nada menos que apocalíptico que anticipa Venezuela, a pesar de ser el país fundador de la OPEP y una de las mayores reservas de petróleo del mundo.
   La imagen de un escenario, en la no futurista película sino precursora de la realidad presente, donde la ley de la selva llega a convertirse en el modus operandi de la cotidianeidad, vislumbra la posible antesala de conflictos sociales generalizados de primer orden.