Realmente
a estas alturas no puede ser creíble que una economía compute valores
regresivos, en relación a épocas pasadas, por una mera reducción a la
influencia de los ciclos económico.
Sirva de ejemplo paradigmático, la
condena prácticamente a muerte de la industria naval española. Hablar de
desindustrialización en España, es una realidad económica, que ha afectado al
crecimiento de la economía nacional, destruyendo empleo y debilitando al país
en términos de competitividad exterior, al margen de cualquier coyuntura
económica. Dentro del contexto de los países desarrollados, nuestro país ha
sido uno de los más perjudicados por el proceso de desmantelamiento de la
industria.
En otros contextos históricos, se ha
demostrado que a partir de condiciones altamente desfavorables, debido a una
alta inflación, desempleo y falta de competitividad, se ha revertido la
situación mediante el fuerte impulso de la industria, la fuerza del trabajo
como patrón, la inversión en infraestructuras nacionales
y el desarrollo del comercio exterior.
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