miércoles, 24 de abril de 2019

Agua


   El mundo se asoma a una guerra total, frenada probablemente por el incipiente, pero todavía recién nacido impulso bélico chino, los veinte millones de rusos muertos durante la última contienda y el recuerdo europeo de la devastación producida por las dos conflagraciones mundiales. Es posible que se retarde, pero no evite un nuevo enfrentamiento global, que se traduciría en nuestro territorio en otra guerra civil.
   De entre las múltiples causas, podríamos señalar como relevantes el control de los recursos energéticos y el agua, que ya es objeto de privatización, y por la que se disputarán las guerras del futuro, según señalan importantes analistas internacionales.
   Careciendo de cualquier política energética y de recursos hídricos, nos enfrentamos a un escenario de completa dependencia. Nuestro país, cuenta con los medios naturales para abastecerse de energía y lograr una cierta y necesaria neutralidad del exterior, al tiempo que una localización geoestratégica, sin embargo, compramos fuera lo que podríamos obtener con recursos propios.

viernes, 12 de abril de 2019

España en el Siglo XXI



   Si en la Segunda Guerra Púnica, la Península Ibérica fue conquistada por el Imperio Romano para extender hasta el mundo conocido sus dominios y hacerse con los recursos que por entonces permitían lograr ostentar la hegemonía, la situación actual presenta un escenario completamente distinto.
   El único valor, que coloca a España en el punto de mira de las potencias que hoy usurpan el anterior predominio hispano, no es otro que su simple colocación sobre el mapa. La proyección sobre el Norte de África o el Atlántico y ser la llave del Mediterráneo, posicionan el interés geoestratégico sobre la Península, sin reparar en cualquier otra consideración; social, económica o política. Los nacionalismos, por ello, no son sólo un peligro por su mera existencia, sino porque pueden encender el fuego de otra conflagración de orden nacional, enfrentando de nuevo a las dos Españas.
   La pregunta que debe ser formulada, bajo el paraguas de una creciente tensión internacional, es; ¿son los focos de conflicto interno del país, los que pueden alentar por sí solos el enfrentamiento, que podría incluso incendiar Europa, o son las fuerzas externas las fuentes que lo alimentan para sacar provecho competitivo de las ventajas que el control peninsular podría ofrecer?     

miércoles, 10 de abril de 2019

Choque de trenes

   Paralelamente a la distancia que media entre finales del Siglo XIX y comienzos del Siglo XXI, coexisten similares características que pueden traducirse no en la debacle de los viejos Imperios para dejar paso a la nueva URSS y el despegue de los EE.UU., sino en el fin de ciclo del segundo, enfrentado por la hegemonía mundial frente a la recompuesta Rusia como compañera de viaje de China, en un auténtico choque de trenes en la Historia.
   El principal problema que plantea el salto en el tiempo, es el adelanto tecnológico que propicia la imposible imparcialidad en el tablero de juego y, hace difícil, alcanzar otra alianza que no sea el alineamiento con los principales actores, bien sea de un lado o de otro.
   La cuestión de fondo del nuevo escenario internacional, determina la problemática de cómo afrontar la situación bajo el prisma de quienes interpretan una posición de segundo orden, frente a quienes ostentan un prioritario papel principal.
   La cuestión segura es que se vislumbran ya las nubes de la tormenta, que se ciernen sobre el horizonte de las próximas décadas, bajo el anticipo de una guerra económica y no conforme a la descripción de quienes las han calificado como “silent weapons for quiet wars”; esto es, armas silenciosas para guerras tranquilas, y como preludio de una todavía no cercana pero posible devastadora guerra total, de dimensión planetaria y de proporciones impredecibles.

lunes, 8 de abril de 2019

El señor de las moscas


   William Golding escribió un clásico de la literatura, llevado al cine en repetidas ocasiones. La trama se centra, extrapolando el argumento, en el nacimiento de una sociedad libre de condicionamientos sociales que inaugura un grupo de náufragos llegados a una isla.
   El llamado ‘experimento de la cárcel de Stanford’, puso de manifiesto la capacidad humana para ejercer el dominio y poder sobre el resto de sus congéneres. El estudio en tiempo real, tuvo que ser inmediatamente suspendido debido a la brutalidad que ejercían los guardianes sobre los voluntarios presos.
   El poder simbolizado en la caracola encontrada por azar, se ejerce en la asamblea que establece las reglas sociales. Pronto, el grupo queda dividido y abandonado a la lucha por el poder o dominación, con el resultado del surgimiento de la violencia y las primeras víctimas mortales fruto de su ejercicio.
   La bondad y el desequilibrio social, se centran en una argumentación sobre la verdadera naturaleza humana.
   En la obra de Tolkien, encontramos la misma dualidad que recorre la literatura a lo largo del tiempo. Las líneas de universo que atraviesan desde ‘El Quijote’ a ‘Oliver Twist’, se reflejan de forma continua; el camino de los instintos o el absoluto moral.
   El anillo simboliza la fuente de poder capaz de dominar el resto de fuerzas. Puede verse como una alegoría del poder en sí mismo considerado. Sólo su destrucción, puede devolver el equilibrio a un universo literario envuelto bajo el dominio de las sombras.
   El futuro de la sociedad, y por qué no de la civilización, se fundamenta en el abandono del ejercicio o la búsqueda de la dominación.


La corrupción en la literatura


  “El hombre roto” de Tahar Ben Jelloun, Naguib Mahfuz con “Un señor muy respetable” o Henrik Ibsen en “Un enemigo del pueblo”, constituyen ejemplos de autores y sus obras que han abordado el tema de actualidad por excelencia, la corrupción.
   La transformación de un funcionario honrado en sobornable, el ansia irrefrenable de poder, la manipulación para alcanzar los objetivos necesarios para hacerse con una cuota de clara y notoria influencia o el control de los medios de información por parte de quien ostenta aquel, se mezclan en una confusión de experiencias vitales a lo largo de los capítulos, para desde la individualidad conformar una atmósfera viciada por la falta de virtud, que termina impregnando a todas las capas sociales.
   El telón de fondo que denuncia la literatura, no es otro que la necesidad de poner de manifiesto la decadencia de la civilización contemporánea que naufraga en el laicismo imperante y que se ve incapaz de sujetarse al dominio de sus propias fuerzas, abandonadas a su suerte en una espiral de caída libre que arrastra tras de sí, hacia el abismo, a quien encuentra a su paso.

Hamlet

   La adaptación escénica de Hamlet con la calavera en la mano, no es fiel a la obra en sí. En la escena primera del acto quinto, Hamlet se acerca a una tumba y pregunta al aldeano primero, ¿Quién es el hombre para quien cavas?, sin saber que en realidad era la tumba de su amada Ofelia. Antes de conocer que la calavera que tira por tierra el aldeano era de Yorick, el Bufón del Rey, Hamlet proclama; Horacio, hace tres años que me vengo fijando en esto: nuestra época se ha vuelto tan exquisita que la punta del pie del campesino se acerca al talón del cortesano hasta despellejarle los sabañones.
   Será la escena primera del acto tercero, la que inmortalice a Shakespeare en la voz de Hamlet, que ha planificado ya teatralizar ante la presencia del Rey y su esposa, su madre, la obra del propio crimen. El Rey manda secretamente llamar a Hamlet, con el fin de provocar un encuentro de éste con Ofelia, para poder espiarlo junto al padre de aquella, con la esperanza de poder encontrar la causa feliz de su locura. La Reina abandona la escena, y Hamlet entra en ella exclamando; Ser; o no ser: ésta es la cuestión: si es más noble sufrir en el ánimo los tiros y flechazos de la insultante Fortuna; o alzarse en armas contra un mar de agitaciones, y, enfrentándose con ellas, acabarlas: morir, dormir, nada más, y, con un sueño, decir que acabamos el sufrimiento del corazón y los mil golpes naturales que son herencia de la carne. Ésa es una consumación piadosamente deseable: morir, dormir; dormir, quizá soñar: sí, ahí está el tropiezo, pues tiene que preocuparnos qué sueños podrán llegar en ese sueño de muerte, cuando nos hayamos desenredado de este embrollo mortal. Ésa es la consideración que da tan larga vida a la calamidad: pues ¿quién soportaría los latigazos y los insultos del tiempo, el agravio del opresor, la burla del orgulloso, los espasmos del amor despreciado, la tardanza de la justicia, la insolencia de los que mandan, y las patadas que recibe de los indignos el mérito paciente, si él mismo pudiera extender su documento liberatorio con un simple puñal?¿Quién aguantaría cargas, gruñendo y sudando bajo una vida fatigosa, si no temiera algo después de la muerte, el país sin descubrir, de cuyos confines no vuelve ningún viajero, que desconcierta la voluntad, y nos hace soportar los males que tenemos mejor que volar a otros de que no sabemos?
   Antes de que entren Horacio, Bernardo y Marcelo en la escena segunda del acto  primero, para decirle a Hamlet que han visto el espectro de su padre, el Rey asesinado por su hermano Claudio, se lamenta ¡Qué fatigosas, rancias e inútiles me parecen todas las costumbres de este mundo! ¡Qué asco me da! … Es un jardín sin escardar, que crece para dar semilla: sólo lo poseen cosas podridas y de naturaleza torpe. Claudio ha desposado a Gertrudis, la madre de Hamlet, para convertirse en el nuevo Rey de Dinamarca. El espectro del Rey asesinado se aparece a Hamlet, en la escena quinta del acto primero, para contarle cuanto ha acontecido; Soy el espíritu de tu padre, condenado por cierto plazo a andar de noche, y sujeto de día a ayunar en el fuego, hasta que se quemen y purifiquen los turbios delitos que cometí en mis días naturales.
   El mundo de Hamlet se derrumba. …ser honrado, tal como va el mundo, es ser un hombre elegido entre dos mil. Rosencranztz, ante la pregunta de Hamlet ¿Qué hay de nuevo? Irónicamente responde; Nada, señor, sino que el mundo se ha vuelto honrado. Entonces, continúa Hamlet, está cerca el día del Juicio; pero vuestras noticias no son ciertas.
                                                
           

La vida es sueño

   Ante la crisis, ya en Grecia, cabían dos posturas posibles, el estoicismo y el escepticismo. Fuera la corriente filosófica fundada por Zenón o la de los seguidores de Pirrón, cabía o concebir la libertad, dentro de la aceptación del destino dado, o bien caer en la duda sobre toda verdad. Dentro del principiarse frente a la realidad decadente,  podríamos encuadrar a uno de los grandes maestros de la literatura española y universal. Hablamos de Calderón de la Barca, quien concebiría a las cosas del mundo como un engaño, humo, polvo, sombra y viento. Buscó, sin embargo, una salida moral; si la vida es sueño, habría que ordenar nuestros actos hacia el despertar de otra Vida, desembocando en el absoluto moral.
   El Soldado 1, en la escena III de la tercera jornada explica a Segismundo; como el gran rey Basilio, temeroso que los cielos cumplan un hado, que dice que ha de verse a tus pies puesto, vencido de ti, pretende quitarte acción y derecho y dársela a Astolfo, duque de Moscovia. Segismundo en la escena XIX de la segunda jornada se debate entre la realidad y el sueño…pues estamos en mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña que el hombre que vive sueña lo que es hasta despertar. Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando; y este aplauso que recibe prestado, en el viento escribe, y en cenizas le convierte la muerte…Sueña el rico en su riqueza que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende; y en el mundo en conclusión todos sueñan lo que son.
   Calderón abrirá la posterior diatriba oliveriana, del gran Dickens, al debatir a Segismundo entre dos mundos, el de la naturaleza y sus pasiones, y el imperativo de la  moral. Será Rosaura, la que salga en la vehemente defensa del honor.
   En palabras de Eugenio Trías, a propósito de la obra calderoniana,…abortos engendrados en alguna gruta, que es una “funesta boca” dentro de la cual brama el “confuso abismo” de la noche…El mundo del hombre es un “confuso laberinto” en el que con gran dificultad y esfuerzo puede hallarse el hilo de Ariadna de la razón.