miércoles, 24 de abril de 2019

Agua


   El mundo se asoma a una guerra total, frenada probablemente por el incipiente, pero todavía recién nacido impulso bélico chino, los veinte millones de rusos muertos durante la última contienda y el recuerdo europeo de la devastación producida por las dos conflagraciones mundiales. Es posible que se retarde, pero no evite un nuevo enfrentamiento global, que se traduciría en nuestro territorio en otra guerra civil.
   De entre las múltiples causas, podríamos señalar como relevantes el control de los recursos energéticos y el agua, que ya es objeto de privatización, y por la que se disputarán las guerras del futuro, según señalan importantes analistas internacionales.
   Careciendo de cualquier política energética y de recursos hídricos, nos enfrentamos a un escenario de completa dependencia. Nuestro país, cuenta con los medios naturales para abastecerse de energía y lograr una cierta y necesaria neutralidad del exterior, al tiempo que una localización geoestratégica, sin embargo, compramos fuera lo que podríamos obtener con recursos propios.

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