La derrota de la política a manos de
la mercadotecnia y las estrategias publicitarias, no es un mal menor. Noam Chomsky,
ha detallado con rigor como la funcionalidad del Estado ha ido menguando su
poder, hasta alcanzar un mero instrumento de recaudación impositiva, cuya
misión ya no es la retribución de los servicios básicos de la ciudadanía. Pero
más allá de cualquier condición práctica de la disolución nacional, se encuentra
la preocupante manipulación que se ejerce sobre la población en su conjunto. El
lingüista estadounidense, enumera los puntos bajo los que se asientan las
premisas de tal influencia sobre el hombre masa orteguiano. Son, por su orden
las siguientes:
-
Estrategia de la distracción.
-
Gradualidad.
-
Imponer medidas injustas, como necesarias
y próximas en el tiempo.
-
Dirigirse al público de forma infantil.
-
Primar la emoción sobre la reflexión.
-
Mantener al público ignorante y mediocre.
-
Reforzar la autoculpabilidad.
-
Conocer el funcionamiento del
comportamiento humano.
Todo
ello condicionado a la creación previa de problemas, para después ofrecer
soluciones, o método -problema, reacción, solución-.
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