miércoles, 2 de diciembre de 2020

Arte

   El arte, no es reflejo de la sociedad, sino del poder y la creatividad individual del artista. Los gustos de aquella van por un lado, y el arte por otro. Ya fuera el Rey, Emperador, Papa o Aristócrata el que financiara una obra en el pasado y, hoy, el mundo financiero o los millonarios del momento, el artista debía y debe ceder su don a quien paga por su obra. Tan sólo quien ha logrado un estatus consagrado e independencia económica, ha podido hacer a voluntad lo que su libre imaginación le haya permitido crear, al margen de la tendencia del momento, la escuela a la que perteneciese o los gustos de la época. Así, Goya se adelantó en el tiempo casi dos siglos al arte contemporáneo en su obra “El perro”. Si bien el final del siglo XIX rompió las reglas clásicas con el Impresionismo, el siglo XX trajo, tras las corrientes de vanguardia como el Expresionismo, Fauvismo, Cubismo o el Surrealismo, la definitiva deconstrucción del arte, hasta diluir su propia definición con la aparición del Arte Conceptual y la especulación de las obras de arte, capaz de pagar más de ochenta millones de dólares por un cuadro de Van Gogh.

No hay comentarios:

Publicar un comentario