“En un futuro, en un juego denominado Slayers, uno de los participantes puede controlar a millones de seres humanos a través del sistema multijugador. En el Slayer, juego y espectáculo están envueltos en un híbrido aterrador. Humanos controlados por humanos a gran escala, juegos en red donde personas representan a personas para siempre. La tecnología del control mental se ha extendido, y el corazón de ese controvertido e hiperviolento juego es su creador, el multimillonario Ken. Su última creación es un juego de disparo en primera persona, que permite proyectar las fantasías más salvajes de cada uno ante un público global, utilizando prisioneros reales como avatares que luchan contra la muerte. Pero Kable, un poderoso guerrero controlado por el joven Simon, intentará liberarse a sí mismo y al resto de jugadores del mundo”. Filmaffinity.
Aunque
pretende ser el anuncio de un futuro, quizá no sea sino el presente más
inmediato. La nanotecnología, capaz de hacerse presente en el cerebro humano,
permite el control remoto del mismo y su manejo por quienes llevan a cabo dicha
maniobra controladora. La realidad virtual, como un fenómeno vinculado
inmediatamente al ocio de una sociedad sumida en el uso de la tecnología, hace
de ella un universo paralelo al real, e indistinguible en cuanto a su
existencia se refiere. La realidad y la ficción se confunden en planos
coexistentes e interrelacionados entre sí. El control de lo que compramos, de
lo que votamos, o la reducción a la simple esclavitud, son temas subyacentes a
los diálogos de una obra distópica, pero cada vez más real que ficticia.
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