miércoles, 6 de noviembre de 2019

Luces de Bohemia


   El segundo manco más famoso de España, describió la esencia misma del alma de ésta. Como avance último de la tragedia, hizo nacer el Esperpento. En palabras de Max, en la escena duodécima; Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada. En la escena decimatercia, Don Latino termina su alocución; ¡En España es un delito el talento! La crítica a la sociedad en su obra, no puede ni debe considerarse, sino como el dolor expresado de quien ama a su país, y lo ve desmoronarse en la más innoble de las miserias. Será en boca de Don Filiberto, donde ponga voz a la expresión de la rabia; Para ustedes en nuestra tierra no hay nada grande, nada digno de admiración. ¡Les compadezco! ¡Son ustedes bien desgraciados! ¡Ustedes no sienten la Patria! En la escena sexta, El Preso, exclama; ¡No es pequeña desgracia! En España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero. Don Latino, en la séptima, dirá; Y así, revertiéndonos la olla vacía, los españoles nos consolamos del hambre y de los malos gobernantes. A lo que Dorio de Gadex, añadirá; Y de los malos cómicos, y de las malas comedias, y del servicio de tranvías y del adoquinado. En la escena decimacuarta, Otro Sepulturero, contestará al anterior; En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.
   Valle es un reclamo de la pureza, la honestidad o la nobleza, en una España deforme e injusta, en la que imperan la ignominia, y la miseria material y moral.

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