La obra completa del autor británico, no
debe sino ser leída en toda su extensión y, no precisamente, bajo la simple
óptica del interés literario. Tolkien es un magistral escritor, que aúna no
sólo una extraordinaria inventiva creativa, que plasma en su fantástica prosa,
sino que al mismo tiempo demuestra la fuerza de un lingüista capaz de inventar
lenguajes. Su narrativa, no debe ser leída sino extrapolando el simbolismo
literario que va más allá de su imaginación. La diatriba, entre la bondad y su
opuesto, aparece claramente definida en los diferentes mundos y alianzas
descritos por el profesor, simbolizados en la llamada interna que cada ser
humano debe atender para destruir en su interior el anillo de poder que lleva
dentro, reflejado en el ansia y la fragilidad humana por dominar y someter. La
esperanza de la luz infinita que se manifiesta sobre la corta existencia de la
humanidad, sometida a un número ilimitado de pruebas, se observa en diferentes
pasajes de "El Señor de los Anillos". La final lucha por la supervivencia, no sólo
frente a los factores externos, sino manifestada en el interior de Frodo
Bolsón, impulsan a aquella a arrojar de las manos de un hobbit su propia
miseria, como elemento purificador de su también existente y visible grandeza.
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