martes, 18 de mayo de 2021

Crisis migratoria

   El Estrecho de Gibraltar es uno de los puntos calientes del planeta desde el punto de vista geopolítico. La inestabilidad política española, segmentada en dos posiciones contrapuestas, hace que el espectro político del Gobierno pueda variar en una u otra dirección, proclive o contraria a los intereses de las superpotencias que se reparten en estos momentos la hegemonía mundial. En un contexto internacional de creciente tensión entre Rusia y China por un lado y EE.UU. por otro, el Gobierno de España toma la decisión de acoger por cuestiones sanitarias al líder del Frente Polisario, cuando Marruecos se ha convertido en el aliado firme y preferente de EE.UU. para fortalecer los intereses americanos en el Estrecho. La crisis migratoria no es un movimiento espontáneo, sino una maniobra militar o el resultado de las invasiones modernas, en las que ya no se envían soldados sino población. Marruecos ha abierto las puertas a personas carentes de unas condiciones materiales dignas y de un futuro esperanzador, para que huyan a un país en el que encuentran subvenciones, sanidad o educación gratuita y cuando menos en algunos casos la nacionalidad europea y creen un auténtico caos, bien sea para reivindicar un territorio, como Canarias o Melilla, o en este caso como un acto de represalia política en Ceuta.  

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