domingo, 13 de octubre de 2024

Cumbre Brics de Kazán

“El FMI podría trasladar su sede a China en diez años, según Lagarde”. expansión.com

¿Realmente estamos presenciando un cambio profundo de paradigma, o el Nuevo Orden Mundial no es más que un proceso de la traslación geográfica?

      Al mismo tiempo que se presenta un mundo nuevamente dividido en bloques, entiéndase la anglosfera frente a los BRICS, las grandes familias regentes y rectoras del poder financiero, en concreto de aquellos a quienes se acusa de abrir frentes a Rusia y China, duermen el descanso de los justos, a propósito de sus fortunas, en las entidades financieras de Moscú o Hong Kong. Sin ningún género de dudas, los grandes actores, sujetos activos de la política internacional, están inmersos en una lucha fratricida bajo el amparo de sus propios intereses, sin menospreciar el cambio de paradigma económico y tecnológico que desemboca de forma inequívoca en un realineamiento del orden establecido, sin embargo, en la cúspide del proceso financiero globalizador se atisba no un cambio de ningún tipo, sino una reordenación del tablero mundial bajo el auspicio de los dictados de su propia agenda.

martes, 1 de octubre de 2024

Actualidad


 El principal problema añadido a la descripción de la actualidad reside en la inexistencia de parámetros o teorías claramente definidas para poder interpretarla, es decir, el mundo en su vertiente actual está en construcción o en constante transformación y, si bien no está dejado totalmente a la deriva, sí existe como factor en curso un elemental grado de incertidumbre.

   Los viejos esquemas del Estado ya no sirven para describir el funcionamiento de los países, tanto en su vertiente interna como externa, las teorías económicas clásicas tampoco sirven de referente para explicar el funcionamiento de la economía, y los cambios habidos son de tal calado que la propia velocidad a la que tienen lugar hace imposible detenerse a analizar el proceso del propio cambio.

  Sin embargo, todo afecta a la existencia de retos aparentemente insalvables que atentan contra los valores tradicionales, o a conceptos tales como la libertad individual, el equilibrio, la paz internacional, la seguridad o la propiedad privada.

    El fenómeno globalizador está tratando de imponerse como un nuevo orden que trata de desbancar al viejo, llevándose consigo todo cuanto encuentra a su paso, sin otra resistencia que apenas ciertos resortes aislados sin aparente organización. La impronta de legislaciones comunes en la mayor parte de los países desarrollados, la agenda impuesta en todos ellos sin otra suerte de oposición, o el denominador común de los gobiernos supeditados a los intereses financieros, presentan un panorama en apariencia desolador para el conjunto de los pueblos, cada vez más indefensos ante el horizonte de sucesos que el futuro más inmediato presenta como una realidad inevitable.