martes, 1 de octubre de 2024

Actualidad


 El principal problema añadido a la descripción de la actualidad reside en la inexistencia de parámetros o teorías claramente definidas para poder interpretarla, es decir, el mundo en su vertiente actual está en construcción o en constante transformación y, si bien no está dejado totalmente a la deriva, sí existe como factor en curso un elemental grado de incertidumbre.

   Los viejos esquemas del Estado ya no sirven para describir el funcionamiento de los países, tanto en su vertiente interna como externa, las teorías económicas clásicas tampoco sirven de referente para explicar el funcionamiento de la economía, y los cambios habidos son de tal calado que la propia velocidad a la que tienen lugar hace imposible detenerse a analizar el proceso del propio cambio.

  Sin embargo, todo afecta a la existencia de retos aparentemente insalvables que atentan contra los valores tradicionales, o a conceptos tales como la libertad individual, el equilibrio, la paz internacional, la seguridad o la propiedad privada.

    El fenómeno globalizador está tratando de imponerse como un nuevo orden que trata de desbancar al viejo, llevándose consigo todo cuanto encuentra a su paso, sin otra resistencia que apenas ciertos resortes aislados sin aparente organización. La impronta de legislaciones comunes en la mayor parte de los países desarrollados, la agenda impuesta en todos ellos sin otra suerte de oposición, o el denominador común de los gobiernos supeditados a los intereses financieros, presentan un panorama en apariencia desolador para el conjunto de los pueblos, cada vez más indefensos ante el horizonte de sucesos que el futuro más inmediato presenta como una realidad inevitable.

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