El cerebro y padre
fundador del Instituto Nacional de Industria (INI), Juan Antonio Suanzes, en
varias ocasiones nombrado ministro, sentó las bases para la creación de
impulsos industriales en los principales segmentos estratégicos, contribuyendo
de forma más que notoria al desarrollo, no sólo económico, sino también social,
en la construcción y edificación de la clase media. Las empresas creadas por aquel
entonces, llevaron a la primera línea mundial a España en la capacidad de
producción y calidad de sus astilleros, así como en la creación de la industria
que abastecería al país en su demanda de gas, electricidad, petróleo o
minerales. El acero y el aluminio, o los sectores automovilístico y de aviación,
se vieron elevados a su máxima realización en empresas o compañías, como IBERIA,
que forman ya parte del sello de la economía nacional española.
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