Una
tierra que cultivar, un rifle y la Biblia. Frente a la era de la enferma
intromisión en la esfera privada que padecemos y el carácter confiscador que
amenaza la propiedad privada, el modelo de aquellos primeros colonos se cierne
sobre la esencia de un modelo de vida que reclama, desde la distancia, su
recuerdo e imitación. Si sobre el trabajo de la tierra, por parte de hombres
libres, se erige una nación de valores y principios compartidos, con la
destrucción de su esencia tan sólo puede fomentarse la anarquía, la corrupción
y la esclavitud.
El anhelo de libertad es un
configurador elemental de la naturaleza humana, sometida al orden natural de
las cosas y no a la posesividad de su razón. La mercantilización de la
sociedad, coloca a ésta en una posición de vulnerabilidad que se dramatiza en
aquellos que padecen la precariedad de lo elemental para llevar una vida digna.
Sin embargo, el ejemplo de aquellos que vivieron en pleno contacto con la
naturaleza, en armonía con ella, trabajando la tierra y cuidando el ganado, establecieron
el modelo para romper los lazos con la sociedad basada en la cuenta de
resultados.
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