domingo, 17 de marzo de 2024

Agua

 

   El mundo se asoma a una guerra total, frenada probablemente por el todavía no plenamente desarrollado incipiente impulso bélico chino, los cincuenta millones de muertos durante la última contienda como factor psicológico y el condicionante de la amenaza nuclear. Es posible que se retarde, pero no evite un nuevo enfrentamiento global, que se traduciría en nuestro territorio en otra guerra civil.

  De entre las múltiples causas, podríamos señalar como relevantes los factores geoeconómicos y geoestratégicos subyacentes, el consiguiente control de los recursos energéticos y estratégicos de primer orden, el dominio de las principales vías comerciales y, aunque sea de menor conocimiento, el agua, que ya es objeto de privatización, y por la que se disputarán las guerras del futuro, según señalan importantes analistas internacionales.

  Careciendo de cualquier política energética y de recursos hídricos, nos enfrentamos a un escenario de completa dependencia. Nuestro país, cuenta con los medios naturales para abastecerse de energía y lograr una cierta y necesaria neutralidad del exterior, al tiempo que una localización geoestratégica, sin embargo, compramos fuera lo que podríamos obtener con recursos propios.

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