“… el hombre puramente económico es casi un
retrasado mental desde el punto de vista social. La teoría económica se ha
ocupado mucho de este imbécil racional aposentado en la comodidad de su
ordenamiento único de preferencias para todos los propósitos”. Amartya K. Sen.
¡Es
la economía, estúpido!, fue la frase que Bill Clinton utilizó para derrotar
electoralmente hablando a George Bush y alzarse con la presidencia del país. La
postmodernidad no sólo ha creado el individualista, materialista y nihilista
hombre masa orteguiano, centrado en el utilitarismo económico de la
rentabilidad del beneficio y del consumo, sino que además gobierna el mundo, e
ingeniería social mediante, moldea la sociedad a su entera voluntad. Assem
habeas, assem valeastanto, el tanto tienes, tanto vales, es ya el único
argumento válido para legitimar el poder, al margen de cualquier otra
consideración, por más añadidos que traten de incorporarse a su ejercicio.
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