domingo, 12 de junio de 2022

Big Data

 

   La obtención de datos mediante sistemas tradicionales, como puedan ser las encuestas, no sólo suponen un método lento y laborioso de extraer información, sino que además están sujetos a un alto porcentaje de error. Mentir en una encuesta es algo insalvable de impedir. Por el contrario, y a medida que el mundo tecnológico permite realizar desde los actos más complejos a los sencillos y cotidianos hábitos diarios, el registro de todo tipo de información basado en dicha práctica, permite que millones de datos sean almacenados de manera indiscriminada. Nada, a priori, parecería contrariar el hecho en sí de tal suceso, condicionado a la reserva de datos. La cuestión cambia por completo, cuando a dicha base logarítmica aplicamos modelos econométricos. Analizar la renta personal de la población en función de los hábitos de consumo, permite afinar aún más una campaña publicitaria exitosa, dirigida a un público determinado. La moda, las tendencias políticas, los parámetros de ocio o destinos turísticos pueden ser y, de hecho son, variables sujetas a ser conocidas y analizadas, y a convertirse en objeto de potencial manipulación por parte de quien esté en posesión de dicho análisis y manejo de información, ya sea para beneficio de las corporaciones o la inteligencia artificial puesta al servicio de determinados centros de poder.

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