jueves, 18 de abril de 2024

Oposición


  "La libertad es un modo de vida y de sociedad que nos hemos dado en la Comunidad de Madrid". Isabel Díaz Ayuso.

  Si algo ha demostrado el tiempo a su paso inexcusable por el andar del liberalismo, no es que tal sistema sea o constituya un balance o equilibrio entre los diferentes poderes, sino que se da, de motu proprio, bajo el prisma en la práctica de una alternancia en el gobierno y, de cuyo juego, a priori, participan fuerzas aparentemente contrapuestas que terminan simplemente convergiendo en un elenco de matices, con más puntos concomitantes que diferencias reales entre sí.

  Frente al régimen de corte socialista imperante, todo él bajo el dominio inevitable del entramado de los grandes conglomerados empresariales y las finanzas, la oposición no constituye sino más de lo mismo, al reivindicar su parcela privativa en el reparto de las ganancias que a modo de rédito el juego del propio sistema distribuye, bajo el paraguas de los mismos principios, valores y agenda que dicta el poder dominante. Think tanks, como la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, proclaman a los cuatro vientos las bondades de la libertad política, económica y de pensamiento, o valores como la libertad y la democracia como pilar del Estado de derecho.

  El resultado en el análisis práctico de la rectoría de la Comunidad de Madrid, sirva como ejemplo, como oposición al socialismo imperante en su asociación con el populismo de corte abiertamente de clara ideología comunista que gobierna la nación, y para más inri bajo la libertad de los pregoneros de la libertad misma, valga la redundancia, ha dado como resultado en la vida cotidiana y bajando al terreno de lo concreto, la especulación inmobiliaria que no ha hecho sino evolucionar el precio de la vivienda hasta provocar niveles inaccesibles para los jóvenes e inalcanzables para la mayoría de la población, y restricciones a la circulación y a la movilidad que han limitado el sentir libre de poder circular por la capital de España.

  Libertad truncada de movimientos que afecta a las personas pero no a los capitales que representan los grandes fondos de inversión como BlackRock, Vanguard y Norges Bank, que se han convertido en los nuevos dueños de la banca española, las empresas estratégicas, las viviendas o los centros de educación a todos los niveles y que son los responsables de que tales limitaciones y restricciones se extiendan además, a los servicios esenciales de la ciudadanía, como la sanidad, ámbito en el que se ha provocado el cierre de las urgencias o miles de camas en hospitales públicos, creando una larga lista de espera de personas para realizarse pruebas diagnósticas o intervenciones quirúrgicas.

  Por si fuera poco, con lo hasta aquí mencionado y, en este contexto de alarde de libertad presumida, uno de los partidos del sistema, como es Vox, ha denunciado públicamente la existencia de adoctrinamiento en las aulas de Madrid, en una clara vulneración de lo que supone el derecho a la libertad de educación. Madrid está a la cabeza del ranking de privatizaciones y liberalizaciones que ha creado un sistema que pretende privatizar hasta el medioambiente y los servicios públicos, bajo la creación de un modelo que ya sufre el rechazo de la población y que responde a la capacidad adquisitiva como único medio de acceder a una educación, sanidad o vivienda de calidad, al margen de las colas del hambre que baten récords en la Gran Vía, y que presume de una libertad bajo la atenta mirada de más de dos mil cámaras de vigilancia que graban a los ciudadanos cada vez que utilizan un cajero, caminan por el centro de la ciudad o compran en un supermercado.

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