Con Alaska como telón de fondo del reparto mundial entre Putin
y Trump,
con la salvaguarda del hundimiento de la Unión Europea y la entronización
geopolítica de Eurasia, España no sólo sufre las consecuencias de la guerra
económica del nuevo orden geoeconómico, sino que, además, arde, y lo hace de
manera indiscriminada a menos de un año de distancia de la Dana valenciana. Aunque la versión oficial de la presidencia del gobierno sea la de acuñar
la responsabilidad al cuestionado cambio climático y la inexistente emergencia climática, lo cierto es que ningún
incendio se debe a tal razón o motivo, sino a la acción directa provocada por
la intervención del ser humano. ¿Hay intereses económicos o de otra índole
detrás de la catástrofe que ya se ha cobrado numerosas víctimas mortales? Hay
quien afirma, bajo la responsabilidad de la investigación, una rotunda respuesta
afirmativa. En todo caso, la única certeza es que las consecuencias de todo ello
las paga el pueblo, su forma de subsistencia y especialmente el sector primario
abocado a un mundo rural en peligro de extinción y en constante amenaza bajo la
acción de las diferentes agendas.
martes, 19 de agosto de 2025
Fuego
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