miércoles, 31 de diciembre de 2025

William R. Hamilton


Aunque el tiempo y la versión oficial se han encargado de amortiguar el curso de los acontecimientos, lo cierto es que, leyenda o no, William Rowen Hamilton caminaba presuntamente en estado de embriaguez por el puente de Broom, que cruza el Canal Real de Dublín en Irlanda, momento en el que, debido a su estado y al aproximarse a uno de los laterales, cayó al vacío con tan buena fortuna que dio a parar de bruces en el suelo. En ese preciso instante, tuvo la lucidez mental suficiente como para lograr la inspiración para resolver un problema matemático con el que llevaba tiempo luchando. Acababa de descubrir los cuaterniones, aunque tenía un verdadero problema al no disponer de dónde anotar su descubrimiento. Para resolver el conflicto, extrajo de su bolsillo una pequeña navaja con la que realizó una incisión en el puente, descifrando en lenguaje matemático su famosa fórmula.


   i2 = j2 = k2 = ijk = -1

 

Al día siguiente, cuaderno en mano, regresó al lugar de los hechos, para transcribir su hallazgo. Una placa conmemorativa colocada en el puente de Broom, recuerda el evento por el que el matemático grabó en la piedra su gran descubrimiento en 1843, lugar que se ha convertido en el centro de una celebración de carácter anual para evocar la hazaña y en un sitio de peregrinación para curiosos y académicos.

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