Tras doctorarse
en Genética Molecular, y haber trabajado bajo las directrices del Premio Nobel
François Jacob, Matthieu Ricard tomó la decisión de dar un salto al vacío y
abandonar la ciencia y el Instituto Pasteur, para abrazar la vida monástica. El
monje budista, autor de múltiples obras, ha practicado meditación desde hace
más de cuarenta años. Tras haber sido sometido a diferentes pruebas, junto a
otros meditadores, fue declarado por los medios “el hombre más feliz del
planeta”. Fuera de los titulares, lo cierto es que sus parámetros cerebrales
demostraron que la técnica meditativa empleada por estos monjes permite el
entrenamiento de la mente en la compasión, el amor, el altruismo y la bondad,
aumentando el nivel de felicidad, frente a una sociedad sometida a altos
niveles de ansiedad, estrés y a modelos contrarios a la verdadera felicidad.
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