miércoles, 1 de enero de 2020

Uigures


   Si bien todo adelanto tecnológico, supone un claro avance para la humanidad, la inversión de valores que supone un uso inadecuado de aquel, puede sugerir que todo lo que sirve para progresar, es susceptible de convertirse en una trampa mortal de la que es difícil salir. Uno de los mayores descubrimientos científicos es, sin lugar a dudas, el ADN. La Inteligencia Artificial, abre innumerables posibilidades para el incuestionable desarrollo de la civilización humana. Sin embargo, la conjunción de ambas realidades, supone la posibilidad de emplear la IA para desarrollar rasgos faciales que, por medio del ADN de una minoría étnica, sirvan para detectar a millones de personas y reducirlas a un campo de concentración. Esta tecnología, puede llegar a encarcelar a personas inocentes, tras ser señaladas como sospechosas de pertenencia a dicha minoría, tan sólo por el resultado de los datos indicados por la Inteligencia Artificial a través de una cámara de vigilancia.

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