Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
(Antonio
Machado).
La
dicotomía que antagónicamente rompe en dos la sociología española, fruto del
devenir histórico, no hace sino confrontar en una suerte de destino sin fondo
al pueblo español, hoy más necesitado que nunca de romper sus ataduras para
enfrentarse a las dificultades del presente y a los retos del futuro. La difícil
situación que vive la sociedad en su conjunto, no puede sino llamar a superar
las contrariedades, con la inexcusable voluntad de no ver a aquella caer en la
determinación de quedar anclada en un bucle que no impida repetir de nuevo los
episodios más dramáticos del pasado. Sólo de ese modo, el pueblo podrá
enfrentar la raíz de los problemas que lo aquejan, y aspirar a organizar un
modelo de convivencia que el respeto a la Ley exige. De no ser lograda
semejante utopía, cuyo esfuerzo exige la voluntad de reinventarse, las
diferencias del pasado desatarán sus fuerzas de nuevo sobre el mismo pueblo
enfrentado, incapaz de unirse ante las pruebas que lo asolen.
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