“El poder legislativo y ejecutivo caerán frente a las
grandes empresas”. Santiago Niño Becerra.
Europa está entrando ya en una nueva
Edad Media, según apuntan determinados autores, con una población musulmana
creciente frente a una población europea que hace tiempo que ha aparcado la
natalidad a un lado del crecimiento demográfico. En este contexto, el actual
modelo se compone de un sistema institucional desentendido de toda soberanía
nacional, cuyo reducto, como pueda ser el Parlamento Europeo, carece de
cualquier importancia en la toma de decisiones. El Viejo Continente se debate
en un clima de guerra económica entre las grandes potencias que se reparten el poder
por el control mundial, y el hecho de haber quedado reducido al escenario a
desmembrar. Si bien las categorías de derecha e izquierda han desaparecido del
horizonte político, en detrimento del globalismo frente al nacionalismo, la
nueva realidad europea se dibuja entre el euroescepticismo y los defensores a
ultranza de la Unión Europea, que no es otra cosa que la burocracia del establishment
al servicio de las grandes corporaciones.
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