“Los vendedores se vienen arriba: los pisos están sobrevalorados hasta un 17%. Las expectativas de los propietarios están sensiblemente infladas respecto al valor de mercado real de las mismas y respecto a lo que el comprador está dispuesto a pagar”. Cotizalia.
La
diferencia ostensible del precio de la vivienda respecto de unas zonas del mapa
nacional a otras, no responde a una demanda real de usuarios, o de los servicios
a los que éstos puedan tener acceso por vivir en un determinado lugar en
concreto, sino al área de influencia en el que el precio del suelo está
correlativamente inflado en función de quién opere en la zona. Los fondos de
inversión inmobiliaria, que adquieren activos inmobiliarios con el fin de
comprar pisos, locales comerciales u oficinas para obtener un beneficio en sus
transacciones, generan un magma en el que hacen el agosto un entramado de
empresarios, vendedores y políticos.
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