La violencia de los cambios atesora escenarios apocalípticos que sobre la marcha real de la rutina esconden una realidad paralela que muestra una continuidad a pesar de las revoluciones. Si bien los robots y la IA vacían las fábricas y llenan las cafeterías, entre las carreras más demandadas, dentro de las notas de corte más altas, continúan figurando los estudios de humanidades. El vaticinio del fin del trabajo, la desaparición de profesiones tradicionales y la transformación de la sociedad debido al cambio de paradigma tecnológico y a su pretendida dictadura que augura incluso que los programas informáticos serán capaces de escribir libros, no se corresponde con las preferencias de los consumidores incapaces de deshacerse de sus viejas costumbres, los clientes que demandan un servicio tradicional y se deshacen de la tecnología o las nuevas realidades que constituyen y suponen un regreso al origen.
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