En la actualidad, aparecen descritas las nuevas dos leyes
que rigen el ámbito económico; “el que contamina, paga” y “el que usa, paga”.
No es esta vez la antigua Grecia la que graba sobre
piedra el viejo “Tanto pesas, tanto vales.” En pleno siglo XXI, quien demande educación,
tendrá que pagarla; quien necesite acudir a un centro de salud, deberá pagar; o
quien quiera regular la temperatura, habrá de hacer lo propio. Es la nueva
consigna de un mundo enteramente mercantilizado, que ha eliminado a la persona
de su centro natural.
Cada época tiene su lacra, y a nuestro tiempo le ha
tocado llegar a imponer la multa por dormir en la calle o por buscar comida en
la basura.
La fábula de Esopo, “La oca y los huevos de oro”, es un
tema recurrente en la literatura, desde hace más de dos mil quinientos años.
Prácticamente, desde el inicio de la escritura, que pone de manifiesto la
insaciable sed de codicia.
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