domingo, 15 de marzo de 2020

Sociedad de la energía


   Detrás de los conflictos políticos y militares, han estado siempre presentes los intereses geoestratégicos y las luchas por el control de las rutas comerciales, las fuentes de energía o las materias primas.
   Tras la Gran Guerra, se creó la Sociedad de Naciones. El peso específico de los aliados en el Consejo de Seguridad de su sucesora, las desigualdades internas y los estrechos; cuando no arbitrarios; márgenes de maniobra en su seno, hacen de la Organización de las Naciones Unidas un instrumento incapaz de resolver los grandes intereses.
   El mundo hoy, se debate por las fuentes de energía, como el gas y el petróleo, los recursos naturales, minerales estratégicos o las materias primas. Las guerras del futuro serán desatadas por el agua potable.
   Si el objeto de disputa pasase a formar parte del patrimonio de la humanidad, en detrimento de la soberanía nacional, podría gestionarse en beneficio de todos los países con el fin de prevenir otro conflicto mundial y las guerras del futuro,  bajo custodia de un organismo compuesto por los países productores y una amplia representación del resto, como son los consumidores, que integrase las agendas de las instituciones ya existentes. 

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