viernes, 6 de marzo de 2020

Speaker´s Corner


   El comúnmente denominado oso de agua, es uno de los animales; con mayores cualidades de adaptación; que existe. Capaz de resistir temperaturas bajo cero, cercanas a los trescientos grados, o sobrevivir a casi ciento cincuenta grados sobre aquel; soporta presiones inconcebibles para la vida; pero además, es resistente a las condiciones del espacio exterior, en dosis irreparables para aquella.
   Los extremófilos no son de existencia única en el reino animal, sino también en la política. Jacques Chirac reafirmó un contundente 82,21% de los votos en las elecciones, que en segunda vuelta, disputó contra Le Pen. El pueblo francés reaccionó, en aquella ocasión, por miedo a una clara amenaza del Frente Nacional.
   Occidente cuenta con millones de personas en situación de desempleo y precariedad social, que conforman una auténtica placa tectónica en consabida fricción con la socialdemocracia, imperante en el viejo continente.
   De no llegar a una solución de la crisis en las próximas décadas, y habida cuenta de la grave situación exterior; los radicales de ambos segmentos del espectro social, pero especialmente el populismo de izquierda y la extrema derecha, pueden hacerse con el control del poder. Ésta, acaba de ganar terreno en Francia, al igual que lo hizo en Finlandia; y prosigue su ascenso generalizado por toda Europa.

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