La cada vez más evidente manifestación de lo que el
jurista italiano Norberto Bobbio llamaba los “poderes fácticos”, ha sido
calificada por los politólogos como el “gobierno paralelo”, en inglés Deep
state o “Estado profundo”, que no es sino la definición de la superestructura
de poder descrita en el libro “Estos mataron a Kennedy” de Robinson Rojas.
En una doble vertiente, no sólo se ha polarizado la
sociedad desde el plano económico, sino en cuanto a la forma de estructurar
aquella se refiere. El Estado, vertebrador de la nación como resultado de la
vida de un pueblo en su territorio está luchando, en su esfuerzo por
sobrevivir, frente a una corriente globalizadora que pretende materializar sus
propios intereses. La dicotomía entre nacionalismo vs globalización ha
desplazado los ejes tradicionales del espectro político, situando a éste en una
situación de desorden frente al choque de fuerzas enfrentadas, en mitad de un
escenario de avance en la inestabilidad y la proliferación de conflictos.
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