Si bien el Derecho del Trabajo ha ido rebajando los
niveles de protección del trabajador, la situación ha diezmado la seguridad de
aquel en una economía sumergida en la crisis y en una reordenación de su modelo
económico. Por si fuera poco, la guerra económica entre las grandes potencias
hegemónicas acentúa la inestabilidad que acompaña al sector energético y a los
principales sectores estratégicos. El reacomodo del tablero mundial, finaliza
en las nubes que amenazan algo más que lluvia sobre el horizonte más inmediato
descrito. En este contexto, los contratos según las necesidades del mercado, y
la carestía de bienes antes considerados como de primera necesidad no va a ser,
sino que de hecho es ya la realidad entre la población. La falta de previsión
de un modelo de pensiones y la pauperización de la clase media, está
distribuyendo a la sociedad en un sistema auténtico de castas.
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