jueves, 19 de diciembre de 2024

Desorden


   Para no pocos autores, la revolución es una. En la sucesión de acontecimientos históricos, no podría hablarse de un proceso revolucionario protestante, francés o soviético, como hechos casuales y aislados, sino como el compendio de la actuación de una única fuerza, cuyo propósito no es otro que el de descomponer la tradición, para sembrar a continuación el deliberado caos del que hacer surgir un nuevo orden de las cosas. En ese devenir de revolución constante, el progresismo, el nihilismo, el relativismo, la cultura woke, la nueva religión climática y ecologista, el feminismo o el reconocimiento del derecho de las minorías de todo corte, no constituye en sí mismo un proceso de cambio y transformación, sino dinamitador de las bases sobre las que se sustenta la sociedad tradicional, esto es, la familia, la patria o la religión.

   El ámbito financiero y multinacional ha alcanzado el poder global de la Economía, sembrando a su paso el dominio sobre la política y el proceso transformador de la sociedad. En su avance en la desmembración de las soberanías nacionales, ha creado zonas concentradas de riqueza y amplios sectores de pobreza e incluso bolsas de miseria extrema y, en la configuración del espectro social, ha dividido la realidad en clubes de winners y outsiders, ganadores y excluidos del sistema.

   El fin último de dicho proceso revolucionario, no es otro que la constitución de un gobierno mundial, su correspondiente administración de alcance global, y un sistema financiero y económico que constituye no el nacimiento de un nuevo paradigma, sino la transformación del ya existente, cuyo fin primordial no es el bienestar y desarrollo de la población, sino la perpetuación de una élite en el poder.

Política


  “… aquellos primeros romanos, con su vida sencilla, austera y honrada. Esa virtus fue la que engrandeció a Roma, y su pérdida, debida a la extensión del poder romano, al aumento incontrolado y mal repartido de las riquezas procedentes de esas conquistas y a la influencia de costumbres extranjeras, ha causado su ruina moral y social. La decadencia, la crisis de la república se ha producido, pues, por causa del orgullo, la ambición y la búsqueda de placer”. Mercedes Montero, introducción a la conjuración de Catilina y La guerra de Yugurta.


   En su obra los “Dos tratados sobre el gobierno civil”, Locke se eleva como defensor de la democracia y las libertades de los ciudadanos. En su obra, la ley natural se identifica con Dios.

  “La ley de naturaleza, se puede describir como el mandato de la voluntad divina cognoscible con la luz natural, mandato que señala lo que está y lo que no está de acuerdo con la naturaleza racional. La razón no tanto funda y dicta esta ley de naturaleza cuanto la busca y la descubre como una ley sancionada por un poder superior e innata; de modo que ella no es el autor sino el intérprete de aquella ley”.

    “El Estado de naturaleza se gobierna por la ley de naturaleza, que obliga a todos; y la razón, la cual es esta ley, enseña a todos los hombres, con tal que quieran consultarla, que, siendo todos iguales e independientes, ninguno debe dañar a nadie en la vida, en la salud, en la libertad ni en la propiedad”.

     La comunidad política tiene como finalidad, por tanto, la conservación de la propia comunidad y la de sus miembros, cuya determinación corresponde al poder legislativo. Tras la constitución de la sociedad política, el pueblo dispone del poder de suprimir o alterar el poder legislativo, cuando éste viole la libertad o la propiedad de los ciudadanos; ya que, el fin último del gobierno, es el bien público. El pueblo, según el filósofo, tiene derecho a recurrir a la resistencia y a la fuerza, frente a la arbitrariedad de la ley y a los excesos de los políticos.

   “Las normas se imponen mediante sanciones, quien sanciona tiene el poder; pero sólo tiene el poder quien impone las normas aplicando las sanciones. Las normas se mantienen en función del poder; pero, a su vez, el poder se define como poder normativo. En el principio eran las normas, y con ellas surgió el poder”. Carlos Moya.

   Carlos Moya en 1982, año de la publicación de “Poder y conflicto social: crítica a la teoría de la dominación” describía la inconfundible argumentación que subyace a la situación de injusticia social que vivimos hoy, en términos del predominio de la teoría de la dominación, basada en el conflicto social frente al consenso. Existiría, según su enfoque, una relación de subordinación entre los individuos, y una manifestación del ejercicio de ese poder en la encarnación institucional, construida bajo el rol que define la relación entre el individuo y el orden.

    Dahrendorf, continuaba, defiende la estructura social global en términos de dominación, y el concepto de élite, relacionado con la teoría de la “élite del poder” de Mills; “Tanto a nivel global, como sectorial del análisis del orden institucional, estructuración e institucionalización son categorías que designan el proceso de diferenciación normativo de un sistema de papeles, cuyo cumplimiento se impone por la posición dominante, en función de su capacidad para infligir sanciones.

      El conflicto social exige su institucionalización como control racional de la dinámica estructural. La reducción del acontecer social a acontecer institucional resulta coherente con el axioma norma, sanción y dominación. La dominación de la ‘élite de poder’ sobre la ‘sociedad de masas’ es la fórmula que unifica teóricamente la fragmentación de tal enfoque. La minoría de poder aparece como clave de la dinámica de una cierta estructura social”.

     “Si las virtudes de los hombres fueran supremas, sería innecesario el gobierno”. Adam Smith.

   Duguit en su obra “Transformaciones del Derecho Público”, formuló la concepción del servicio público en los siguientes términos; “El Estado no es, como se ha pretendido hacerlo y como durante algún tiempo se ha creído que era, un poder de mando, una soberanía; es una cooperación de servicios públicos organizados y controlados por los gobernantes”.

   Jeze, continuó la labor abierta por Duguit, reconociendo que los servicios públicos son aquellas necesidades de interés general, realizadas por aquel, cuya satisfacción es indispensable, mediante prestaciones continuas, regulares y gratuitas, o a precios inferiores a los del mercado, y realizadas en igualdad de condiciones.

   Por su parte, en la economía del bienestar de Pigou, preocupado por el desempleo y los problemas sociales,” el interés privado no optimizaría el bienestar de la sociedad”.

   Pigou atendió al estado de bienestar social, que proporciona seguridad social y oportunidades para el acceso a servicios como la sanidad, educación o vivienda.

   La sucesión de escándalos de corrupción que salpica a todos los partidos del espectro político, pero especialmente al gobierno, no es una casualidad habida cuenta de la ya de por sí denunciada inconsistencia entre el poder real y el ejercido por sus meros agentes. Lo denunció al comienzo de la Transición García-Trevijano, al referir la falta de nexo de unión entre la clase dominante y la clase dirigente y, que tal desfase de propósito, iba a traer necesariamente la corrupción de la clase política. Como factor añadido de despropósito erosionador del propio sistema, cabría añadir el servilismo de toda índole de quien gobierna, no en beneficio del pueblo gobernado, sino de intereses no sólo oligárquicos internos, sino foráneos, convirtiendo a la nación en un ente vaciado de soberanía y vasallo de intereses espurios.

Revolución Francesa


   Si bien para algunos los acontecimientos ocurridos en 1789 constituyen la esencia de la libertad misma, al grito de «Libertad, igualdad, fraternidad o muerte», lo cierto es que el primer genocidio de la era moderna se cometió bajo la Revolución Francesa en la Vendée, región campesina de Francia, a cuyo resguardo los campesinos vandeanos combatieron frente a los revolucionarios en defensa de las costumbres católicas, tradicionales, y monárquicas.

   Frente a la lucha de parte del pueblo en defensa del viejo orden absolutista, en la Asamblea Nacional se debatían a suertes el destino revolucionario dos grupos burgueses, los girondinos y los jacobinos, a tenor de constituir las fuerzas moderadas o exaltadas de las nuevas ideas. Andado el proceso revolucionario, el segmento más revolucionario, los sans-culottes, en unión de los jacobinos, protagonizaron el periodo de terror bajo el dictado de su política, la guillotina.

   Sin olvidar que fueron las familias de banqueros más influyentes, como la casa Rothschild, quienes financiaron la Revolución Francesa, y que la masonería ejerció una clara influencia en tales acontecimientos, el nuevo orden proyectado en el Estado y la sociedad, estaba condenado a sufrir los avatares de los cambios que no cristalizarían a corto plazo, tras el restablecimiento del viejo orden tras la caída napoleónica, pero sí a medio y largo plazo, hasta llegar a nuestros días.

Días, en los que la conformación de los actuales parlamentos constituye el fiel reflejo de aquellos meses de disputa revolucionaria, esto es, un pueblo llano sin representación parlamentaria, a semejanza del campesinado vandeano, y unas fuerzas liberales más o menos moderadas o radicales en sus convicciones, sometidas al yugo de quienes las financian para defender sus intereses, amparadas por una atadura del poder judicial, iniciada por la administración napoleónica con la creación del Ministerio Fiscal para controlar a los jueces, y una prensa amordazada inquisitorialmente y tendenciosa al estilo de Marat.  

sábado, 7 de diciembre de 2024

Ética

 

En Estagira, ciudad de la Antigua Grecia, situada en plena península Calcídica y a escasa distancia de Olympiada, la filosofía clásica alumbró a la otrora figura insigne de la cima de su pensamiento. El que fuera tutor de Alejandro Magno, Aristóteles, impuso su criterio no sólo al mundo helénico, sino a la confrontación del mundo occidental frente a todo lo demás. Occidente le debe no sólo el hecho de ser la piedra angular, junto a Platón, de la historia intelectual de cuanto alumbraría la posteridad, sino de influir tanto la filosofía universal, a la que pertenece por derecho propio, como de ser el artífice de la propia construcción del acerbo cristiano que forjaría más tarde la unidad de Europa. Fernando el Católico, casi dos milenos después de Aristóteles, se definiría a sí mismo como heredero del Imperio alejandrino en las inmediaciones de la conquista de un nuevo mundo en ultramar. Tal fue la influencia aristotélica, que desde el siglo IV a.C. hasta el desarrollo de la escolástica, el neoplatonismo como el regreso a la fuente misma, fue la principal escuela filosófica en el mundo occidental, dejando a su paso el legado del epicureísmo, el escepticismo y eclecticismo.

En su conjunto el siglo IV es interpretado por los estudiosos como un período de transición entre la Grecia clásica y los reinos helenísticos, sumido en un proceso de transformación, en el que Esparta toma el relevo a Atenas y la democracia griega se tambalea en el juego de poder entre las oligarquías de la época.

La literatura helénica, desde el teatro de Sófocles hasta la Ilíada y la Odisea de Homero, se caracteriza por educar en la prevención del pecado de hybris;

“Para la mentalidad griega clásica el peor pecado que podía cometer el ser humano era el pecado de hybris, un pecado consistente en un inflamiento del ego -y el consiguiente orgullo espiritual desmedido- que conduce al individuo a desafiar el poder de los dioses atrayendo, sobre sí de ese modo la inevitable venganza (némesis) de estos en forma de un destino trágico”.

Epicuro había tratado la ida de justicia, definiéndola como la venganza del hombre social, frente a la justicia violenta del hombre salvaje.

En este contexto de interpretación de la moral y la justicia, la obra de Aristóteles, Ética a Nicómaco, aparece como la exposición fundamental de su síntesis de pensamiento, el planteamiento de la cuestión de la moral, entendida ésta como el bien y, a su vez, como expresión del fin último de las cosas. Recordemos que, para Platón, la belleza estaba inextricablemente unida a la idea de verdad y bondad. En la ética, Aristóteles se circunscribe a la consecución de la felicidad humana, entendida en su devenir por la separación del mundo animal o vegetal, y residente en la vida contemplativa o teorética, superior a la mera consecución de placeres. Según el filósofo griego, dicha forma de vida teorética constituye una manifestación del reflejo de la divinidad en el ser humano, llegando así a la virtud, que divide en dos clases, intelectuales y morales, caracterizando la virtud en el carácter del término medio. Plutarco ya había arriesgado el atisbo de la presencia divina al afirmar que “las vestiduras de Isis son abigarradas para representar el cosmos, la de Osiris es blanca y simboliza la Luz Inteligible que hay más allá del cosmos”. Al igual que Platón; “tú que eres joven y te crees olvidado de los dioses, sabe que si te vuelves peor te reunirás con las almas inferiores, y que si te haces mejor te reunirás con las superiores, y que en la sucesión de vidas y muertes te tocará padecer lo que te corresponda a manos de tus iguales. Ésta es la justicia del cielo”.

Sin embargo, será Aristóteles el que sembrará las semillas del pensamiento cristiano, presente en la figura de Santo Tomás, “los que han sido llamados a la acción, se equivocarían si pensasen que están dispensados de la vida contemplativa. Ambas tareas van unidas íntimamente. De esta manera, esas dos vidas, lejos de excluirse, se implican mutuamente, comportando los mismos medios y ayudas y se completan mutuamente. La acción, para ser productiva, tiene necesidad de la vida contemplativa. Esta, cuando alcanza un determinado grado de intensidad, esparce sobre aquella algo de lo que le sobra”, y más concretamente en San Agustín; “la vida del hombre individual está dominada por una alternativa fundamental, vivir según la carne o vivir según el espíritu. La misma alternativa domina la historia de la humanidad. Esta está constituida por la lucha de dos ciudades o reinos; el reino de la carne y el reino del espíritu, la ciudad terrena, o ciudad del diablo, que es la sociedad de los impíos, y la ciudad celestial o ciudad de Dios, que es la comunidad de los justos. Ningún período de la historia, ninguna institución es dominada exclusivamente por una u otra de las dos ciudades. Dependen sólo de lo que cada individuo decide ser. El amor a sí mismo llevado hasta el desprecio de Dios, engendra la ciudad terrena; el amor de Dios llevado hasta el desprecio de sí, engendra la ciudad celestial. Aquella aspira a la gloria del hombre; ésta por encima de todo, a la gloria de Dios. Los ciudadanos de la ciudad terrena están dominados por una necia ambición de dominio que los induce a subyugar a los demás; los ciudadanos de la ciudad celestial se ofrecen uno a otro con espíritu de caridad y respetan dócilmente los deberes de la disciplina social. Ninguna contraseña exterior distingue las dos ciudades. Sólo preguntándose a sí mismo podrá cada uno averiguar a cuál de las ciudades pertenece”.

Andando el tiempo, Europa será a la postre el puntal del contrapunto en lo que a ética se refiere, entre Aristóteles y Kant. El filósofo argentino, Alberto Buela, en referencia a la crítica a Kant, no de forma autógrafa, sino en referencia de Franz Brentano, lleva a cabo el necesario rescate del filósofo prusiano determinado en recuperar el pensamiento aristotélico frente a los prejuicios de los a priori kantianos, cuya existencia supone un atentado de atribución de error del idealismo alemán, bajo la determinada iluminación debida a la consideración de la certeza como verdad interior y subjetiva, es decir, de la interioridad de la conciencia. Pero no sólo es atribuible el gran mérito a Buela de poner sobre la mesa a Brentano, sino de rescatar del olvido frente a la corrección política al autor del “El hombre y el Estado”, Jacques Maritain, filósofo francés de corte neotomista, cuyo pensamiento rechaza tanto el capitalismo liberal, como el comunismo, tratando de llegar a un Estado laico, pero de inspiración y raíz cristiana, en el que el individuo primado en su origen de un principio de libertad, debe ser partícipe de esa sociedad de inspiración y raíz cristiana, convirtiéndose así en el exponente precursor de la democracia cristiana.

 

martes, 5 de noviembre de 2024

Sólo el pueblo salva al pueblo


“El Pacto Digital Global de Naciones Unidas. Un futuro digital común. En la Cumbre del Futuro de la ONU se aprobó el Global Digital Compact, destacando la importancia de la conectividad y la gobernanza global para las tecnologías digitales y la inteligencia artificial”. telefonica.com

 

       La tragedia de Valencia, en lo que va de año, no es ni mucho menos una escena aislada. Exactamente la misma imagen se ha visto, vivido y repetido en la región rusa de Oremburgo, en Río Grande del Sur, Brasil, en el noreste de Nigeria, en la provincia de Baghlan en Afganistán o al noreste de India, en la región oriental de Bangladesh, sin dejar de mencionar el récord histórico de las veinticinco grandes inundaciones que han asolado China en 2024. Curiosamente, todas estas zonas tienen un denominador común, como es el extraordinario valor agrícola de sus fértiles tierras, a lo que hay que añadir como factor adicional, además, otro denominador común en gran parte de todas estas eventualidades, como es el colapso o derribo previo de las presas que servían de contención a las fuertes lluvias de las zonas afectadas.

     Todos estos eventos catastróficos han tenido lugar en un año que es testigo del impulso de la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo sostenible, con la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas de 2024 en Bakú sobre el Cambio Climático, y las Jornadas de Acción de la Cumbre del Futuro de Naciones Unidas en Nueva York.

martes, 29 de octubre de 2024

Corruptos


   La sucesión de escándalos de corrupción que salpica a todos los partidos del espectro político, pero especialmente al gobierno, no es una casualidad habida cuenta de la ya de por sí denunciada inconsistencia entre el poder real y el ejercido por sus meros agentes. Lo denunció al comienzo de la Transición García-Trevijano, al referir la falta de nexo de unión entre la clase dominante y la clase dirigente y, que tal desfase de propósito, iba a traer necesariamente la corrupción de la clase política. Como factor añadido de despropósito erosionador del propio sistema, cabría añadir el servilismo de toda índole de quien gobierna, no en beneficio del pueblo gobernado, sino de intereses no sólo oligárquicos internos, sino foráneos, convirtiendo a la nación en un ente vaciado de soberanía y vasallo de intereses espurios.

viernes, 25 de octubre de 2024

Organización de Cooperación de Shanghái


“La crisis invisible que devora la renta de la Europa rica destapa el agujero real de productividad”. eleconomista.com

   Los Estados miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái, OCS, organización intergubernamental fundada en dicha ciudad, representan aproximadamente la cuarta parte del PIB a nivel planetario y casi la mitad de la población mundial, sin contar con que agrupan, bajo su área de influencia, la mayor extensión territorial del mundo, en pleno vórtice euroasiático que supone, además, el epicentro del comercio mundial. No obstante, y según los analistas, la OCS unida a los BRICS han superado ya al G7 y, en palabras del presidente Putin, constituyen el pilar básico del nuevo orden mundial multipolar.

   Mientras, en el polo opuesto, sobre Estados Unidos planea una posible recesión económica, connatural al proceso de desdolarización que vive la economía norteamericana, y una Europa fuera del tablero se aferra a su propia tabla de supervivencia, sumida en una constante crisis en todos los órdenes, ya sean económicos, políticos o sociales.

domingo, 13 de octubre de 2024

Cumbre Brics de Kazán


“El FMI podría trasladar su sede a China en diez años, según Lagarde”. expansión.com

¿Realmente estamos presenciando un cambio profundo de paradigma, o el Nuevo Orden Mundial no es más que un proceso de la traslación geográfica?

      Al mismo tiempo que se presenta un mundo nuevamente dividido en bloques, entiéndase la anglósfera frente a los BRICS, las grandes familias regentes y rectoras del poder financiero, en concreto de aquellos a quienes se acusa de abrir frentes a Rusia y China, duermen el descanso de los justos, a propósito de sus fortunas, en las entidades financieras de Moscú o Hong Kong. Sin ningún género de dudas, los grandes actores, sujetos activos de la política internacional, están inmersos en una lucha fratricida bajo el amparo de sus propios intereses, sin menospreciar el cambio de paradigma económico y tecnológico que desemboca de forma inequívoca en un realineamiento del orden establecido, sin embargo, en la cúspide del proceso financiero globalizador se atisba no un cambio de ningún tipo, sino una reordenación del tablero mundial bajo el auspicio de los dictados de su propia agenda.

martes, 1 de octubre de 2024

Actualidad


 El principal problema añadido a la descripción de la actualidad reside en la inexistencia de parámetros o teorías claramente definidas para poder interpretarla, es decir, el mundo en su vertiente actual está en construcción o en constante transformación y, si bien no está dejado totalmente a la deriva, sí existe como factor en curso un elemental grado de incertidumbre.

   Los viejos esquemas del Estado ya no sirven para describir el funcionamiento de los países, tanto en su vertiente interna como externa, las teorías económicas clásicas tampoco sirven de referente para explicar el funcionamiento de la economía, y los cambios habidos son de tal calado que la propia velocidad a la que tienen lugar hace imposible detenerse a analizar el proceso del propio cambio.

  Sin embargo, todo afecta a la existencia de retos aparentemente insalvables que atentan contra los valores tradicionales, o a conceptos tales como la libertad individual, el equilibrio, la paz internacional, la seguridad o la propiedad privada.

    El fenómeno globalizador está tratando de imponerse como un nuevo orden que trata de desbancar al viejo, llevándose consigo todo cuanto encuentra a su paso, sin otra resistencia que apenas ciertos resortes aislados sin aparente organización. La impronta de legislaciones comunes en la mayor parte de los países desarrollados, la agenda impuesta en todos ellos sin otra suerte de oposición, o el denominador común de los gobiernos supeditados a los intereses financieros, presentan un panorama en apariencia desolador para el conjunto de los pueblos, cada vez más indefensos ante el horizonte de sucesos que el futuro más inmediato presenta como una realidad inevitable.

lunes, 30 de septiembre de 2024

Inmigración


“De los ocho millones de catalanes que hay en estos momentos, una quinta parte, más de 1,65 millones, han nacido en el extranjero”. Diari Ara.

Reza la doctrina social de la Iglesia que; “La justicia social sólo puede ser conseguida sobre la base del respeto de la dignidad trascendente del hombre, representando la persona el fin último de la sociedad, que está ordenada al hombre”.

Respecto al problema que supone la inmigración para los países del Viejo Continente, sirva de antemano separar la dignidad de la persona de cualquier otra consideración, a resultas del análisis que esta última realidad exige para comprender un problema que trasciende las meras circunstancias personales, ya sean económicas o de cualquier otra naturaleza, que acompañan siempre a la huida necesaria del país de origen para buscar unas mejores condiciones de vida.

Sabemos que la inmigración ha sido utilizada para regular la economía interna de los países, abaratando el coste de la mano de obra y bajando los salarios en beneficio de la cuenta de resultados de los empresarios, o que ha sido instrumentalizada su presencia para paliar los intereses y aspiraciones de determinadas tendencias políticas o grupos de poder. También es conocido el interés de contrarrestar el poder hegemónico de los Estados nacionales, con el fin exclusivo de debilitar su propia identidad, en el marco de un proceso globalizador que afecta a su vez a la gobernabilidad de un mundo sin fronteras económicas.

Como factor añadido, no hay que descartar el uso del tráfico humano con fines militares, con el fin de reclamar una vez consumada la entrada masiva de personas en un determinado territorio la legitimidad de su soberanía.

Lo más grave, sin añadidos de consumo, no es sólo la utilización de la persona desvalida que aspira a sobrevivir en un mundo sin horizonte alguno, sino la existencia de mafias que trafican con seres humanos y hacen que el torrente migratorio sea posible.

La mirada atenta del progresismo, se centra en la inoperancia en la combatividad del problema en su raíz, esto es, el desarrollo de los países de origen y el cuidado de las fronteras del país receptor, y en el activismo del llamado en curso a la entrada masiva de inmigrantes, Refugees Welcome.

lunes, 19 de agosto de 2024

Salustio


  “… aquellos primeros romanos, con su vida sencilla, austera y honrada. Esa virtus fue la que engrandeció a Roma, y su pérdida, debida a la extensión del poder romano, al aumento incontrolado y mal repartido de las riquezas procedentes de esas conquistas y a la influencia de costumbres extranjeras, ha causado su ruina moral y social. La decadencia, la crisis de la república se ha producido, pues, por causa del orgullo, la ambición y la búsqueda de placer”. Mercedes Montero, introducción a la conjuración de Catilina y La guerra de Yugurta.

 

    Fue el infante Don Gabriel, hijo de Carlos III, quien tradujo la obra de Salustio al castellano. La conversión de la República en Imperio, y la decadencia de éste como telón de fondo de la obra del historiador romano, se convirtieron de este modo en un clásico argumental ya impreso, por quien el tiempo no pasa en vano ni se ocupa de otro quehacer que recordar en el presente que los acontecimientos históricos no están exentos de ser repetidos, y más en el grave momento oportuno que nos concierne, y no sin antes tratar de hacernos reflexionar sobre las causas de la degradación de la ciudadanía y la corrupción de la oligarquía romana.

miércoles, 14 de agosto de 2024

Dictadura progre

   

   Bajo la atenta y ya manida fórmula del relativismo, el falso ecologismo, las libertades de las minorías como excusa para atomizar la sociedad en ciernes, el progreso en sentido laxo y la conquista de los derechos contrarios a la vida, atentos eso sí al servilismo en favor del gran capital y sus círculos de poder, los progres hoy, no ávidos de la ausencia de su auténtica drogodependencia del poder, inventan, manipulan  y crean de la nada la versión oficial de lo opinable, lo correctamente político o la interpretación de la Historia que más convenga a su discurso. Lejos del anclaje al pensamiento impuesto, al cual consideran la cúspide y cima de la evolución humana, en sentido de verdad en términos absolutos, y no satisfechos, todavía, pretenden y sucumben a su interés de inmiscuirse en la vida priva del individuo, como si tal esfera les perteneciese en lo legislable o en lo susceptible de ser vigilado y controlado, y es que ya enseña la filosofía antigua que las personas incapaces de gobernarse a sí mismas, se pasan el día diciéndole a los demás lo que tienen que hacer.

domingo, 11 de agosto de 2024

Anna Tarrés


“El teniente Daniel Kaffee es un joven y prometedor abogado de la Marina que tiene una excelente reputación. Sus superiores le confían la defensa de dos marines acusados de asesinato. A primera vista, el caso no parece complicado. Pero cuando tenga que vérselas con el Coronel Nathan R. Jessup, Comandante en Jefe de la base de Guantánamo, saldrán a la luz nuevas pistas que harán que el caso adquiera dimensiones insospechadas”. Algunos hombres buenos, Filmaffinity.  

       Si hay una cuestión que no está sujeta a la marginación de la duda, es que la forma correcta de liderazgo engendra el éxito y conlleva la consecución de resultados, algo que la cultura woke o la actual aristocracia de lo mediocre no logrará jamás.

     Las situaciones límite requieren una concentración especial, un trabajo bien hecho y la aspiración continua hacia la culminación de la excelencia.

    La gran pantalla no popularizó precisamente el discurso de un Jack Nicholson interpretando al despiadado Comandante en Jefe, el Coronel Nathan R. Jessup en “A Few Good Men”, diatriba que, al margen de la línea argumental de la película, no resta arrojos a la forma bajo la cual debe ser dirigida una unidad militar de élite. Mis métodos, decía un Jack Nicholson encolerizado en el estrado, salvan vidas, y si bien tales prácticas pudieran estar custodiadas bajo la atenta mirada inquisitorial del espectador, lo cierto es que en el mundo real lo hace, y en el terreno deportivo encumbran a la gloria del palmarés deportivo a una nación.

jueves, 8 de agosto de 2024

Escuela Nacional de Administración

    

   "Ser una élite no es un pecado. Los grandes países necesitan élites económicas, científicas, deportivas o artísticas. Lo que hace falta es que no sean cerradas porque entonces se convierten en una casta y eso es espantoso". Patrick Gérard, antiguo director de la ENA.

   Precisamente y con el propósito argüido por Macron como excusa para abolir la ENA, "si queremos construir una sociedad con igualdad de oportunidades y excelencia a nivel nacional, debemos restablecer las reglas de reclutamiento, carreras y acceso a los escalones más altos de la de la Administración pública”, se creó y formó, bajo el alumbramiento de Charles de Gaulle, una élite para servir el interés público. No es casualidad que, aparte de los funcionarios superiores, un buen número de presidentes de la República, como Giscard d'Estaing o Jacques Chirac, fuesen egresados de sus aulas.

 

sábado, 3 de agosto de 2024

Ecologetas

                             

   El oceanógrafo Jacques Cousteau, rodó uno de los antológicos programas de su serial El mundo submarino, en el famoso lago Titicaca. En dicho lugar, llevó a cabo el estudio e investigación del fondo acuático y, para sorpresa del equipo, descubrieron y calcularon que en su hábitat natural vivía la cifra de mil millones de ranas gigantes, Telmatobius culeus, especie hoy en peligro de extinción por diversos factores, que en ningún caso tienen que ver precisamente con cualquier tipo de problema superpoblacional de la especie condenada a vivir en un espacio físico limitado.

   La población mundial actual de personas que habitan el planeta, cabría en un espacio similar al representado por la extensión de cualquier territorio a nivel provincial medio, y todavía sobraría espacio.

  Sobre las premisas absolutamente discutibles del potencial peligro que representa un planeta superpoblado, la agenda institucional de las altas cumbres internacionales y sus organismos supranacionales, consideran que el factor humano es la causa primera de todos los males reales o imaginados que afectan al futuro de la vida humana sobre el planeta Tierra, de forma certera, exagerada o enteramente falsa. En cualquier caso, y sobre la base de tales postulados, se están llevando a cabo e implantando medidas y políticas de todo orden que alteran la libertad y sobre todo el bolsillo de la ciudadanía media, a través de impuestos, restricciones a la circulación y el entramado verde añadido.

    Pero lo más llamativo que hay que resaltar a expensas del impacto medioambiental que está alterando en sentido negativo el equilibrio natural, es la propia aplicación práctica de la agenda ecologista que trata de introducir por todos los medios aquellas especies extinguidas en ciertos enclaves naturales y que no hace sino, bajo el propósito de devolver el pasado al presente, provocar auténticos estragos en el equilibrio biológico, problema al que habría que añadir el profundo impacto negativo que las políticas económicas verdes representan para la competitividad, la normal práctica del comercio, el desarrollo del primordial sector primario o la sostenibilidad y supervivencia de millones de familias.

jueves, 4 de julio de 2024

Iglesia

 

   Si bien se cae en la cuenta de tratar de poner al día el devenir eclesiástico, como vulgarmente se descuella de los últimos concilios habidos en el seno de la Iglesia, lo cierto es que el mensaje profundo de su evangelio es tan atemporal como inmutable, habida cuenta del anuncio por su profeta del advenimiento del Reino y, por tanto, el llamado a su consiguiente edificación, ya en este mundo, de modo que el cristiano de cualquier época y condición ha sido y es llamado para nadar contracorriente y, de ahí, por añadidura, que ninguna tendencia ideológica pueda erosionar el sentido esencial de la cristiandad, al margen de cualquier consideración que atempere la evidente crisis que vive hoy la Iglesia, no ajena a la que atañe a la humanidad en su conjunto, y que pone de manifiesto en su seno el enfrentamiento que vertebra una corriente tradicional, resistente a los permanentes ataques formalizados en un aperturismo asentado en la fraternidad y el elogio de la modernidad, que no hará sino perder toda su fuerza frente a la resistencia, sin que las fallas abiertas en el terreno de la fe puedan amenazar la unidad religiosa en su integridad.

domingo, 9 de junio de 2024

Montepíos


   En el momento preciso en el que acaba de tener en Madrid la reunión anual del Club Bilderberg, al margen de cualquier atisbo de carácter representativo de la soberanía nacional y, de marcado tinte financiero, sin menoscabo del nutrido grupo de representación de otros sectores relevantes concernientes a diferentes ámbitos, entre los que es necesario resaltar el complejo industrial-militar, la inteligencia artificial o el llamado cuarto poder, entre otros, cabe recordar el impacto que tuvo sobre la sociedad una realidad como la significada y representada por los montepíos establecidos por la Corona a partir de 1761 bajo la supervisión de la Real Hacienda. En una singladura entre las entidades financieras y la ingente labor benéfico social que servía de soporte a los usuarios de todas las capas de la sociedad en materia de préstamos, captación de capitales o gestión del ahorro, constituían un auténtico entramado de cimentación de bienestar social.

martes, 4 de junio de 2024

Voluntad

 

   La voluntad es la facultad humana consistente en querer o no querer algo, tras un proceso, fruto posterior a su verdadero conocimiento y ejercido desde la propia libertad individual, cuyo tributo primero, por tanto, no es otro que la propia libertad misma. Para Platón, la voluntad consiste en querer el bien, mientras que dicha elección, según Aristóteles, tiene necesariamente que conducir a la felicidad. Por otra parte, la voluntad divina es el atributo ejercido por Dios, cuya providencia determina el ejercicio de los acontecimientos habidos en el orden natural y, por tanto, sustraídos a la voluntad humana. En el plano del acontecer social, como expansión y superación del orden individual, la voluntad del pueblo se erige como el fundamento legitimador de las leyes y, éstas últimas en términos de Leibniz, deben ser las responsables de la conducción humana hacia su propia libertad, por lo que la voluntad, la libertad y la ley natural, aprehendidas por la razón, son el fundamento último de la felicidad humana.

martes, 7 de mayo de 2024

Seguridad Social


   Desde los albores mismos de la civilización hay quien ha visto, sin verdadero criterio, el origen de la Seguridad Social, al menos en su sentido más técnico posible, en ejemplos como el protagonizado por el imperio de Roma, cuando concedía a los soldados que habían prestado su servicio en el ejército a lo largo de su vida militar, un terreno y un estipendio pecuniario. Hay autores que han atribuido a tal pago un carácter prestacional de jubilación, en detrimento de su verdadero carácter de recompensa. Los soldados romanos no tendían un derecho reconocido a la jubilación, sino que tan sólo aquellos que completaban todos los años de servicio militar, eran recompensados por Roma. Otros autores, como el profesor Antonio Piñero, atribuyen el triunfo del cristianismo en sus primeras andanzas a la invención de una suerte de Seguridad Social, que atrajo sobre todo a los más necesitados y que provocó la extensión y la influencia social de la nueva religión que aportaba un socorro inexistente fuera de su esfera de actividad. A lo largo del tiempo, la monarquía y los imperios del Antiguo Régimen, se prodigaron en el desarrollo de obras sociales, materializados en la construcción de hospitales para desamparados, hospicios, centros de enseñanza y otras obras de singular sentido. Tal empresa, sin menoscabar su vital importancia, se encuadraba dentro del hacer social en el marco de una fuerte impronta de raíz cristiana, que en absoluto tenía ningún carácter similar a lo que hoy podemos considerar como verdadera Seguridad Social.

   El siglo XIX había amanecido bajo el influjo napoleónico, entre una confrontación entre las ideas ilustradas y la tradición, para finalizar la época decimonónica en una auténtica eclosión de movimientos sociales, cuando menos sumergidos en un flujo de deconstrucción de marcado tinte revolucionario. El comunismo, anarquismo, sufragismo o el feminismo nacían entre los últimos estertores imperiales, la descomposición de una época, la incipiente incursión del liberalismo y el nacimiento de un nuevo horizonte que traería dos conflagraciones mundiales en los primeros inicios del siglo XX.

   Consolidados tales movimientos, la aristocracia, Bismark en Alemania y Churchill en Gran Bretaña, popularizaron los seguros a tenor de dispensarlos al conjunto del pueblo, con el objeto de atemperar la amenaza de ver convertidos sus respectivos países en feudos sovietizados. En la esfera del sector financiero ya existían desde el siglo XVII las primeras compañías de seguros, como la emblemática Lloyd´s británica, cuyo origen se remonta al aseguramiento de los cargamentos y sus posibles pérdidas habidas en el transporte marítimo y que, andando el tiempo, darían lugar a otras compañías anónimas que cubrirían el ramo de los seguros de vida y otras contingencias protegidas.

   Así las cosas, cuando Bismark había dotado al pueblo alemán de seguros sociales, Churchill encargó a un ingeniero social, William Beveridge, la elaboración de un plan con el fin de crear un sistema de Seguridad Social, que en uno de sus primeros informes acuñó el término de Estado de Bienestar. El éxito de Beveridge fue recompensado con su nombramiento como miembro de la Cámara de los Lores y, desde entonces, las democracias occidentales se asientan bajo la arquitectura del Welfare State.

   La edificación de la Seguridad Social, no sólo se aferró y circunscribió a la esfera de Gran Bretaña y Alemania, o más tarde a Francia de la mano del propio De Gaulle quien, bajo una clara influencia de Beveridge, implantó un sistema de Seguridad Social que marcaría la impronta de la Cuarta República francesa, sino que los totalitarismos del siglo XX se entregaron con auténtico esfuerzo a desarrollar un sistema de protección social. El fascismo italiano tuvo una más que significativa importancia en el asentamiento de las bases para la implantación de políticas sociales que cristalizaron en una Seguridad Social para todos los italianos. Tales políticas se vieron también improntadas en la genética de otras corrientes, como la falangista, que de igual modo a como había ocurrido en Italia, supusieron el germen que cristalizaría en un sistema público de Seguridad Social en España, cuya primera piedra fue puesta en la dictadura de Primo de Rivera.

   El nacimiento de la Seguridad Social, como tal, no ha sido sino una concesión de marcado carácter temporal, en el sentido de suscripción a una época concreta, en el que la amenaza del triunfo del comunismo, la influencia de ciertos movimientos sociales en consonancia, el juego geoeconómico y el reparto geopolítico llevó a una élite a crear un sistema que consolidase la paz social en las grandes democracias y movimientos totalitarios de marcado carácter contrarrevolucionario.

   Todo ello, explica que la desaparición del Muro de Berlín supuso la caída de una contraoferta al modelo occidental y, por tanto, el inicio del desmantelamiento continuo del Estado de Bienestar, a pesar del nuevo reordenamiento que los BRICS han protagonizado en el tablero geopolítico mundial.

martes, 30 de abril de 2024

Estado


   Si algo ha caracterizado el denominador común de cualquier época, es la existencia de sujetos de primer orden en el terreno geopolítico, así haya sido la denominación de sus formas de gobierno, ya hablemos de imperios, monarquías o repúblicas. La forma externa de organización no ha vaciado de contenido o añadido ningún valor al hecho mismo de la ostentación del mencionado carácter hegemónico. La primacía del poder de cualquier potencia mundial, eso sí, se ha sustentado sobre la existencia de un Estado fuerte. Cuando dicha realidad se ha hecho presente, y el predominio del poder ha recaído sobre gobernantes centrados en el bien común, que han dejado hacer a mentes privilegiadas, delegando sobre sus espaldas la innovación y creación de nuevas realidades, la sociedad ha alcanzado su máximo nivel de desarrollo posible.

 Hoy, vivimos el desmontaje de ese principio sustentador de toda sociedad como es el Estado, arrebatado de la posibilidad de trabajar para la construcción y edificación de la sociedad. El poder real, que no es otro que el financiero como eje vertebrador del económico, encarnado en las grandes corporaciones, ha colonizado las instituciones públicas para hacerse servir de su influencia en beneficio de sus propios intereses. El resultado obvio, no es otro que el desabastecimiento de los servicios esenciales para atender las necesidades básicas de la ciudadanía y la división social de todo orden.


domingo, 21 de abril de 2024

De Gaulle


  El gran estadista francés, concebía la Europa de occidente como una “agrupación política, económica, cultural y humana, organizada para la acción, el progreso y la defensa”. Era, por tanto, defensor de una Europa de las patrias vehiculada mediante la autonomía de los Estados.

  Frente a la posición francesa tras la II Guerra Mundial, en el país vecino, Alemania, Adenauer hacía resurgir de las cenizas a la nación germana no sólo para sumirla en un referente continental como soberanía propia, sino para consagrarla al gran proyecto globalista de la Unión Europea.

  El tiempo no ha hecho sino resurgir la figura del general que rescató a Francia, no sólo como referente de una época; quizá ya extinta en valores, pero aún cercana en la distancia; sino como una ecuación todavía servible en el escenario de una Europa fragmentada, carente de soberanías nacionales, extirpada de su cultura, hundida en la crisis económica, sometida a los intereses meramente atlantistas, cuando no escenario propio de sus disputas y abandonada al riesgo cada vez más cercano de otra conflagración de corte nuevamente mundial.

jueves, 18 de abril de 2024

Oposición


  "La libertad es un modo de vida y de sociedad que nos hemos dado en la Comunidad de Madrid". Isabel Díaz Ayuso.

  Si algo ha demostrado el tiempo a su paso inexcusable por el andar del liberalismo, no es que tal sistema sea o constituya un balance o equilibrio entre los diferentes poderes, sino que se da, de motu proprio, bajo el prisma en la práctica de una alternancia en el gobierno y, de cuyo juego, a priori, participan fuerzas aparentemente contrapuestas que terminan simplemente convergiendo en un elenco de matices, con más puntos concomitantes que diferencias reales entre sí.

  Frente al régimen de corte socialista imperante, todo él bajo el dominio inevitable del entramado de los grandes conglomerados empresariales y las finanzas, la oposición no constituye sino más de lo mismo, al reivindicar su parcela privativa en el reparto de las ganancias que a modo de rédito el juego del propio sistema distribuye, bajo el paraguas de los mismos principios, valores y agenda que dicta el poder dominante. Think tanks, como la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, proclaman a los cuatro vientos las bondades de la libertad política, económica y de pensamiento, o valores como la libertad y la democracia como pilar del Estado de derecho.

  El resultado en el análisis práctico de la rectoría de la Comunidad de Madrid, sirva como ejemplo, como oposición al socialismo imperante en su asociación con el populismo de corte abiertamente de clara ideología comunista que gobierna la nación, y para más inri bajo la libertad de los pregoneros de la libertad misma, valga la redundancia, ha dado como resultado en la vida cotidiana y bajando al terreno de lo concreto, la especulación inmobiliaria que no ha hecho sino evolucionar el precio de la vivienda hasta provocar niveles inaccesibles para los jóvenes e inalcanzables para la mayoría de la población, y restricciones a la circulación y a la movilidad que han limitado el sentir libre de poder circular por la capital de España.

  Libertad truncada de movimientos que afecta a las personas pero no a los capitales que representan los grandes fondos de inversión como BlackRock, Vanguard y Norges Bank, que se han convertido en los nuevos dueños de la banca española, las empresas estratégicas, las viviendas o los centros de educación a todos los niveles y que son los responsables de que tales limitaciones y restricciones se extiendan además, a los servicios esenciales de la ciudadanía, como la sanidad, ámbito en el que se ha provocado el cierre de las urgencias o miles de camas en hospitales públicos, creando una larga lista de espera de personas para realizarse pruebas diagnósticas o intervenciones quirúrgicas.

  Por si fuera poco, con lo hasta aquí mencionado y, en este contexto de alarde de libertad presumida, uno de los partidos del sistema, como es Vox, ha denunciado públicamente la existencia de adoctrinamiento en las aulas de Madrid, en una clara vulneración de lo que supone el derecho a la libertad de educación. Madrid está a la cabeza del ranking de privatizaciones y liberalizaciones que ha creado un sistema que pretende privatizar hasta el medioambiente y los servicios públicos, bajo la creación de un modelo que ya sufre el rechazo de la población y que responde a la capacidad adquisitiva como único medio de acceder a una educación, sanidad o vivienda de calidad, al margen de las colas del hambre que baten récords en la Gran Vía, y que presume de una libertad bajo la atenta mirada de más de dos mil cámaras de vigilancia que graban a los ciudadanos cada vez que utilizan un cajero, caminan por el centro de la ciudad o compran en un supermercado.

sábado, 13 de abril de 2024

Régimen

“Sánchez se reúne en secreto en Moncloa con el mayor especulador del mundo: George Soros”. Okdiario.

        El perfil xenófobo del independentismo catalán, que no representa sino a la escasa mitad de Cataluña, habida cuenta que el treinta por ciento de su conjunto es depositaria del resultado de la inmigración, sumado al independentismo vasco de anquilosada raíz de tinte racista, se han convertido al unísono en la llave de la gobernabilidad de España de la mano de un gobierno globalista, que sirve los intereses de una élite de marcado corte financiero, bajo el paraguas de un supuesto obrerismo, atento al significado vacío de contenido de las siglas del partido en el poder, que no tan sólo en el gobierno, de la mano de un régimen que ha sido construido bajo la batuta de la última Constitución.

No son pocas las voces autorizadas que han denunciado la demolición del partido socialista desde sus más íntimas entrañas. Atomización, que ha convertido a su líder en el dueño absoluto del aparato que dirige el timón del puño y la rosa y, que además, gobierna de forma cada vez más distante del juego democrático el país, por mediación de un claro y más que evidente vaciado de contenido del Parlamento español, que redunda en el gobierno al margen de cualquier posible discusión parlamentaria, reduciendo la legislación al puro decreto, ejerciendo el control directo de las instituciones públicas, la extensión de la influencia en el poder judicial, y la censura de los medios de comunicación, cuando no su directa batuta por la vía de la publicidad institucional.

El patrón no es nuevo, sino significativamente similar al ya visto tantas veces en otras latitudes, como en el sur del continente americano, donde los sucesivos regímenes de corte comunista han llegado al poder para, aprovechando las constituciones en vigor, reformar desde dentro el país de turno para convertirlo en un régimen de dudosa legitimidad democrática, cuando no de una auténtica dictadura revestida de entrecomilladas libertades, al servicio de un grupúsculo al frente del gobierno que no ha hecho sino esquilmar la riqueza del país que ha gobernado, repartiendo entre los suyos los puestos clave, antes de reducir a la población al más férreo y absoluto control, para sumirla después en la más absoluta e ignominiosa miseria material y moral.

domingo, 17 de marzo de 2024

Fugger

 

 Haciendo un reduccionismo histórico, se puede comprender cómo hemos llegado al momento presente. El origen se encuentra en la época imperial española. Todavía en Madrid están las calles dedicadas a los banqueros alemanes de Carlos V.

 “Los integrantes de la Familia Fugger o Fúcares fueron un clan familiar de empresarios y financieros alemanes que llegaron a constituir uno de los mayores grupos empresariales de los siglos XV y XVI, siendo precursores del capitalismo moderno, junto con los Médicis y los Welser. A lo largo del siglo XV se produjeron en Europa una serie de fenómenos económicos que dieron como resultado la aparición de grandes fortunas con gran capacidad de influencia política. En la segunda década del siglo XVI, ocurrió la muerte del emperador Maximiliano I (1519) que dejó vacante la corona del Sacro Imperio Romano Germánico, a la que aspiraban el rey de Francia Francisco I y el nieto de Maximiliano, Carlos de Austria (el futuro emperador Carlos V).

 La elección de un nuevo emperador estaba a cargo de siete electores (los arzobispos de Colonia, Maguncia y Tréveris, y los príncipes de Bohemia, Sajonia, Brandemburgo y el Palatinado). Antes de su muerte, Maximiliano compró los votos de cinco de los siete electores para su nieto, con dinero suministrado por los Fugger, y Carlos fue elegido por unanimidad.

 Este acontecimiento marca el capítulo más influyente de la dinastía, otorgándole un lugar destacado en la historia europea del siglo XVI y haciéndola a su vez parte importante de la conquista de América”. Wikipedia.

 Los banqueros acumularon principalmente riquezas gracias al enfrentamiento entre las potencias europeas. (Aprendieron que para ganar dinero se necesita una guerra, y por eso hoy buscan enemigos o los crean. Armaban a los dos bandos y se enriquecían). Para financiar las campañas del Imperio, los Emperadores recurrieron a los bancos. Al final, toda la riqueza de América y las arcas de las haciendas terminaron en manos de los banqueros, que se convirtieron en una élite económica con el paso del tiempo.

 Llegaron a acumular tanto poder económico, que sentaron al Rey de Inglaterra y le dijeron -tú y yo somos iguales ante la Ley-, principio del cual nació la Common Law, y en la Revolución Francesa directamente lo guillotinaron, armaron a Napoleón y ya con él en el trono intentaron crear el Nuevo Orden Mundial.

 En el Siglo XIX, en Estados Unidos, una serie de personas de origen humilde, hicieron fortuna. El caso paradigmático es Rockefeller. Estas familias operaban inicialmente de forma autónoma. Una se hizo con el control del petróleo, otra con el de los telégrafos, el acero, los ferrocarriles, etc. Todas ellas se reunieron y comenzaron a tener no sólo vínculos, sino que también entraron en contacto con los viejos banqueros europeos. Al reunirse observaron que podían tener un mayor beneficio si invertían en proyectos conjuntos, tanto a nivel nacional como internacional, siempre dentro del contexto creado por la Doctrina Monroe. Es decir, los beneficios de la industria del acero norteamericana, se podían invertir en comprar la agricultura mexicana, por ejemplo, excluyendo la intervención de cualquier potencia extranjera.

 Estas familias, en su ascensión, se encontraron con un problema reflejado en las legislaciones tanto nacionales como internacionales que no eran favorables a sus intereses. A partir de entonces, comenzaron a extender sus tentáculos. Mientras colocaban a un sobrino de gobernador de un Estado para que modificara las leyes y hacer que pudieran negociar, invertir o producir, armaban milicias o daban un golpe de Estado en Sudamérica y ponían a un títere que gobernase para ellos. Pasado el tiempo, controlaron la política, los sectores estratégicos y el poder financiero. Planificaron a largo plazo, terminaron con los grandes imperios a través de las guerras mundiales y financiaron la Revolución del 17 en Rusia. A comienzos del siglo XX, la élite comenzó a actuar como un sujeto de pleno derecho en los asuntos de política internacional, con el fin de doblegar ésta a sus intereses. Los Rockefeller financiaron al ejército rojo de Trotsky y vendieron el combustible a Hitler durante la II Guerra Mundial.

 Tras la II Guerra Mundial y la caída del Muro de Berlín, la élite se hace con el núcleo central de la Economía Mundial, los sectores vitales y los recursos minerales y naturales, disponiendo de todo el campo abierto a su disposición. Aproximadamente unas quinientas multinacionales controlan toda la Economía y acaban de iniciar la minería y el entramado empresarial espacial. No tienen patria, y únicamente atienden a sus intereses económicos.

 Ahora, que es a donde hemos llegado, la superestructura de poder que surge de la unión entre los viejos banqueros europeos y los magnates del S. XIX norteamericanos, está implantando su propia agenda, el Nuevo Orden Mundial, bajo la dirección de una clase política meramente instrumental. Se trata de crear un gobierno único, desmantelar el Capitalismo, instaurar un nuevo sistema financiero cuántico, hacer desaparecer el dinero físico para reemplazarlo por las criptodivisas, establecer una religión única basada en el ecologismo y la sustentabilidad del planeta, reducir la población, abolir la propiedad privada, establecer el control de los grandes medios de comunicación, destruir la familia, desmantelar los Estados nacionales, controlar la educación, implantar la ideología de género, etc.

 El devenir político moderno en España arranca bajo el reinado de Isabel II, sin menospreciar el reinado de los Austrias menores y los primeros Borbones. Arrastrando los problemas surgidos bajo la Guerra de los Treinta Años con la sublevación de Cataluña, en la guerra de los Segadores durante el reinado de Felipe IV, los problemas sucesorios de Carlos II y la repetición del problema de la sucesión dinástica con la muerte de Fernando VII, la guerra sacudirá a la Península Ibérica enfrentando al bando tradicionalista frente a los defensores liberales de Isabel I. En el campo de batalla no se dirimió sólo la contienda por la sucesión al trono entre la futura reina y Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, sino entre cosmovisiones radicalmente antagónicas de la concepción de la realidad, ya fuera esta política, económica, social, ideológica o religiosa. Si por un lado se enfrentaron los dos bandos mencionados, el liberalismo en sí mismo considerado sufrió una división no menos importante, entre el conservadurismo y el progresismo, con un perfil al final de éste de tinte más radical, que cimentaría las futuras fracturas del espectro político que llevarían al desenlace de los fracasos republicanos y que desembocarían en la contienda civil de inicios del siglo XX.

 El triunfo a la postre del liberalismo, con la instauración en la Transición del Régimen del 78, en su reconciliación conservadora y progresista tradicional, antes de la aparición de los nuevos partidos de corte más radical, gestaron la aparición de una clase política sin poder económico, basculante bajo la batuta del cada vez más poderoso entramado empresarial nacional, que no deja de ser una ramificación de las grandes corporaciones que dominan la Economía mundial. La presencia de las fuerzas tradicionales, carentes de una masa crítica social como instrumento de apoyo, constituyen el reflejo de un pasado aparentemente extinto, que se conserva tan sólo en el espíritu de un porcentaje de la población, carente del poder necesario para modificar el statu quo.

 El sometimiento de la clase política liberal española a los intereses económicos de los grandes grupos empresariales, sin alternativa cierta, conlleva la supeditación de aquella al desarrollo de la agenda impuesta por estos últimos, a la postre de navegar por las turbulentas aguas fruto del cambio de paradigma económico mundial que vive la Economía con el fin del Capitalismo, unido a la reordenación por el poder hegemónico de las grandes superpotencias como son Estados Unidos, Rusia y China, y sin menospreciar los efectos de la última revolución tecnológica.

Agua

 

   El mundo se asoma a una guerra total, frenada probablemente por el todavía no plenamente desarrollado incipiente impulso bélico chino, los cincuenta millones de muertos durante la última contienda como factor psicológico y el condicionante de la amenaza nuclear. Es posible que se retarde, pero no evite un nuevo enfrentamiento global, que se traduciría en nuestro territorio en otra guerra civil.

  De entre las múltiples causas, podríamos señalar como relevantes los factores geoeconómicos y geoestratégicos subyacentes, el consiguiente control de los recursos energéticos y estratégicos de primer orden, el dominio de las principales vías comerciales y, aunque sea de menor conocimiento, el agua, que ya es objeto de privatización, y por la que se disputarán las guerras del futuro, según señalan importantes analistas internacionales.

  Careciendo de cualquier política energética y de recursos hídricos, nos enfrentamos a un escenario de completa dependencia. Nuestro país, cuenta con los medios naturales para abastecerse de energía y lograr una cierta y necesaria neutralidad del exterior, al tiempo que una localización geoestratégica, sin embargo, compramos fuera lo que podríamos obtener con recursos propios.

jueves, 14 de marzo de 2024

Burguesía


   El final de la I Guerra Mundial, supuso la desaparición de los imperios al uso que materializaban la organización sobre el terreno de un orden perfectamente establecido, para dar paso a nuevos conceptos de naturaleza estatal, económica y política, como podía ser el despegue de los Estados Unidos, como gran potencia incipiente llamada a convertirse en el gran hegemón tras la siguiente conflagración de corte mundial, o el nacimiento de los totalitarismos en suelo europeo.

   Tras la nueva disyuntiva que supuso el nacimiento de nuevos estamentos sociales, abandonada la ya tradicional suerte de organización del antiguo régimen, conceptos como el proletariado, la burguesía, la clase industrial o el poder financiero, se asentaron en el ideario y se entremezclaron en un cóctel bajo el prisma atento de una élite social y económica que consideraba rentabilizar el cociente de dividir tales factores en provecho de su poder e influencia sobre una nueva dimensión, la masa social. El foco de atención del poder de dominio se centraba, bajo cualquier parámetro político de reciente creación, en controlar a la opinión pública, ya nacida en el espectro de la era napoleónica, y tener bajo buen recaudo de óptima sintonía a la burguesía.

   Así las cosas y, tras la total conversión de esa élite en el antagonismo explícito de cualquier expresión democrática, habida cuenta de su explosión unísona de poder económico omnímodo, la burguesía sobrante y el círculo necesario de la gran dimensión de masa social considerada, es ahora objeto de despojo y desatención de sus derechos y necesidades más básicas, al no existir contrapeso alguno en el balance de poderes y como consecuencia de la desamortización de cualquier ente de naturaleza estatal.

  Hay quien piensa, o quiere ver que el mundo multipolar naciente, es el eje de coordenadas de tal equilibrio de vectores contrapuestos, olvidando que tal espejismo es meramente una ilusión del nuevo orden a la hora de llevar a cabo el reparto entre los sujetos activos de la geopolítica de aquellos resortes que los elementos geoeconómicos traen consigo, o que las necesidades de los avances tecnológicos conllevan, sin alterar el orden de propiedad de tales recursos.  

domingo, 10 de marzo de 2024

Neopaganismo

 

“También los primeros cristianos sabían muy bien que el mundo estaba gobernado por demonios, y que quien se dedica a la política, es decir, con el poder y la violencia como medio, entra en un pacto con poderes diabólicos, y que por sus acciones no es cierto que sólo el bien pueda provenir del bien y sólo el mal del mal, pero a menudo sea todo lo contrario. Cualquiera que no vea esto es, de hecho, un niño en la política”. El Manifiesto Nacional Bolchevique. Karl Otto Paetel.

Hobbes describió el estado de naturaleza como el estadio previo a la civilización. Un estado de naturaleza salvaje, en el que la ley del más fuerte imperaba sobre cualquier otro principio.

Si atendemos a los pueblos de la antigüedad, encontramos en ellos una sociedad fuertemente estratificada, en cuya base estaban quienes no tenían nada, frente al dominio de una auténtica minoría social. En todas las culturas antiguas existía una materialización de deidades y, en algún extraño caso como el referido a Akhenatón, tan solo una, generalmente vinculada con la iluminación y plasmada bajo la simbología solar, en contraposición a entidades de corte oscuro, como la serpiente, a las que se ofrendaba en no pocas ocasiones con el sacrificio humano.

Fue Kierkegaard quien diferenció entre una fase estética, ética o teológica. El eslabón más bajo de la condición humana, según el filósofo, no es sino la existencia de lo inmediato o lo puramente instintivo, en contraposición al estadio superior como es el teológico.

Si atendemos a los pueblos que conformaron la humanidad en su periodo anterior al nacimiento de la civilización, encontramos a aquellos en su vertiente de connatural simbiosis con el estado de convivencia con la naturaleza en su estricto sentido físico, al margen de una fase puramente estética y con tintes de una incipiente manifestación de comprensión metafísica, rota por el progreso que sumió a la estirpe humana en el devenir del poder, el dominio y la violencia como manifestación de su ejercicio.

Fue el cristianismo el encargado de romper aquella dirección y situar en el centro teológico, alejado de la estética, una clara ruptura con el estado de naturaleza salvaje, cuyo efecto supuso la elevación de cualquier miembro de la sociedad a la condición propia de la dignidad humana, desvinculada de la adoración de sus ídolos, y convertida en su conjunto en la manifestación de la expresión de la doctrina social como elemento esencialmente civilizador.

sábado, 27 de enero de 2024

Pilares

 

  Tres son, o deberían ser, los pilares estratégicos en el salto, en el caso de España, que harían converger a la nación hacia la consecución de un Estado plenamente desarrollado. Sin tales principios motores del resto de la arquitectura del país, no es posible, bajo ningún concepto, salvaguardar el resguardo frente al dictado de un rumbo a la deriva y sin capacidad de sortear el privilegio de los intereses de unos pocos que, al margen de la mayoría, viven bajo la batuta del incremento de su propio beneficio material y una cuota de poder cada vez de carácter más absoluto.

  En primer lugar, es del todo necesario alcanzar una separación de poderes dentro del Estado, como garante de la seguridad jurídica, que principie el correcto árbitro del funcionamiento de la actividad económica. En segundo término, es absolutamente necesario llevar a cabo la sempiterna reforma de la ley electoral, la fórmula D'Hondt, que abre la puerta de la gobernabilidad de España al separatismo y, en último término, se hace urgente lograr la evolución y transformación de la Administración pública hacia su entera profesionalización, al margen de cualquier intervención o vinculación de carácter político.

martes, 16 de enero de 2024

Tercera vía

 En términos generales, la izquierda liberal en el poder no es, sino el brazo ejecutor de la agenda diseñada por el capitalismo, ordenada a nivel de proyección global. Pudiera parecer, en un primer análisis, tal fenómeno el resultado manifiesto de una contradicción, resuelta a tenor del origen y verdadera naturaleza del propio nacimiento de tal corriente política. Así las cosas y, frente a la atomización impuesta que sufre la realidad social, sólo la unión de los resquicios de una izquierda nacional con los efectos consustanciales de las fuerzas volcadas en el conservadurismo político de la tradición, pueden hacer un denominador común en contraposición al disgregador orden mundial, conforme a una tercera vía, tantas veces frustrada, y servir, a modo de dique de contención y oposición, a las tesis propuestas por el marxismo, hoy en su vertiente maximalista en el terreno cultural, la praxis de la abolición de la propiedad privada, el control social, la injerencia en la esfera privada de la persona y el proceso de disolución de los estados.