lunes, 13 de julio de 2020

Población

   “En caso de que me pudiera reencarnar, me gustaría hacerlo como un virus mortal, para ayudar a resolver el problema del hacinamiento”. Felipe de Edimburgo.

   El dictador cubano Fidel Castro, en uno de sus discursos dirigidos al público, desde el ágora de la Habana, dijo claramente que el crecimiento de la población mundial conlleva un determinante problema, la imposibilidad de su total control. La dificultad de ejercer el dominio sobre una creciente humanidad, no se contradice con las medidas surgidas de la nada en las últimas décadas, como la financiación y despenalización del aborto y la eutanasia, la legalización del matrimonio igualitario o la proliferación de los movimientos feministas. La puesta en la diana de la familia tradicional, el constante deterioro de los sistemas de salud, vía recortes u otras intromisiones de los poderes públicos, y las crisis sanitarias, como la última pandemia, no hacen sino recordar las políticas maltusianas, plasmadas, entre otros, en el informe del FMI sobre el impacto financiero del riesgo de longevidad.

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