“Dos
monjes viven en un monasterio aislado. Bajo la atenta mirada del más viejo, el
más joven ve pasar las estaciones de la vida. Primavera: un niño monje se ríe
de una rana que intenta librarse de una piedra que tiene en la espalda. Verano:
un monje adolescente conoce el amor. Otoño: un monje de treinta años intenta
hacer algo que va contra su naturaleza. Invierno: el monje está próximo a la
vejez y alguien llega al monasterio. Primavera: el viejo monje conversa con la
naturaleza; cerca de él juega un niño monje”. Filmaffinity.
Kim
Ki-duk, es el director de una obra maestra que orquesta, bajo las estaciones
anuales, el paso del tiempo, y las reacciones vitales y emocionales ante el
encuentro, la separación, la pérdida o el retorno al origen, todo ello a través
de un auténtico viaje interior labrado por las experiencias personales y la
meditación, como elemento de superación, búsqueda y encuentro con la
trascendencia, en un entorno de permanente contacto con la naturaleza.
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